Las drogas estimulantes son sustancias que actúan sobre el sistema nervioso central y aumentan la actividad cerebral y física.
Cabe señalar que las drogas son sustancias químicas que alteran la función normal del cuerpo y del cerebro.
Pueden ser de origen natural o sintético y pueden ser consumidas de diversas formas, como inhaladas, inyectadas, ingeridas o fumadas.
Algunas drogas son utilizadas con fines médicos para tratar enfermedades, aliviar el dolor o reducir la ansiedad, mientras que otras son consumidas de manera recreativa para obtener una sensación de euforia o para escapar de la realidad.
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Sin embargo, muchas drogas son altamente adictivas y pueden tener efectos nocivos en la salud física y mental, incluyendo daño cerebral, enfermedades del corazón, trastornos del sueño, ansiedad, depresión y psicosis.
El consumo de drogas también puede llevar a la adicción y a problemas sociales, familiares y económicos.
Por estas razones, es importante informarse sobre los riesgos y consecuencias del consumo de drogas y tomar medidas para prevenir su consumo.
Drogas estimulantes
Estas drogas pueden mejorar la atención, la concentración, el estado de alerta y la energía física, y pueden tener efectos eufóricos y de aumento de la autoconfianza.
Actúan específicamente sobre receptores dopaminérgicos y noradrenérgicos, activando estas vías y produciendo el efecto estimulante sobre el sistema nervioso central (SNC).
Un caso especial es sin duda el modelo de la nicotina del tabaco, que actúa de forma muy particular.
¿Cómo actúan las drogas estimulantes en el cuerpo?
De acuerdo con un artículo del doctor Josep Ma. Fábregas del Centro de Investigación y Tratamiento de España, las drogas estimulantes actúan causando que las fibras nerviosas liberen adrenalina u otros neurotransmisores estimulantes.
Y aunque los diferentes estimulantes consiguen este efecto de distintas maneras, el resultado es siempre el mismo: la liberación de más neurotransmisores estimulantes.
De tal manera que la estimulación que siente el consumidor cuando toma drogas estimulantes es simplemente producto de la propia energía del cuerpo, que obliga a trabajar al sistema nervioso.
La droga consigue que el organismo emplee su energía más deprisa o en mayores cantidades que en condiciones ordinarias.
Por lo que la liberación de energía hace que la persona se sienta más despierta, más alerta y, a veces, más feliz.
También provoca que el corazón lata con más frecuencia, lo que puede causar aumento de la presión sanguínea.
Una de las razones por las cuales los estimulantes son tan apetecidos, señala Fábregas, es porque dan un control temporal sobre los ritmos de vigilia del cuerpo y las subidas y caídas de ánimo.
¿Por qué quitan el hambre?
Otra razón por la que le atrae tanto a la gente los estimulantes es porque disminuyen el hambre y hacen posible concentrarse mejor en la tarea realizada.
Asimismo, el ayuno tiende a hacer crecer la propia sensación de energía y lucidez.
La razón por la cual las drogas estimulantes tienden a disminuir el apetito está probablemente relacionada con la preparación del cuerpo para situaciones de emergencia, cuando todas las funciones se convierten en no esenciales comparadas con la circulación de la sangre y la respuesta muscular.
Y como en este caso, los nervios y los músculos reciben atención preferencial cuando se usan estimulantes, es que estas drogas pueden mejorar ciertos rendimientos físicos y mentales.
Cabe aclarar que los estimulantes no afectan a todo el mundo de la misma manera.
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Algunas personas encuentran desagradables los efectos de las drogas estimulantes.
En estos casos, lejos de hacer que todo el mundo se sienta alegre y despierto, estas drogas hacen que muchas personas se sientan ansiosas y agitadas.
Algunas son tan sensibles a los estimulantes que reaccionan con palpitaciones, diarrea y necesidad frecuente e imperiosa de orinar.
Para otras personas, en vez de mejorar automáticamente las tareas físicas y mentales, el resultado es que hacen la tarea deprisa y mal.
Con todo, los estimulantes parecen atractivos a primera vista. Sus efectos pueden hacer sentir a quien las consume, lúcido, feliz, despierto, enérgico, fuerte y resistente al hambre, al aburrimiento y a la fatiga.
Sin embargo, los problemas más serios de los estimulantes es que fuerzan a nuestro cuerpo a liberar parte de la energía que mantiene en reserva.
Esto trae como consecuencia, que cuando el efecto del estimulante pasa, el cuerpo se encuentra con menos energía de la que habitualmente tiene.
Por ello es que la gente experimenta estos efectos como un bajón, que se caracteriza por las mismas sensaciones que quiere evitar al tomar estimulantes.
Drogas estimulantes ¿Cuáles son?
Algunas de las drogas estimulantes más comunes son:
- Cafeína: un estimulante suave que se encuentra en bebidas como el café, el té y algunas bebidas energéticas.
- Anfetaminas: medicamentos que se utilizan para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y la narcolepsia. También se utilizan de forma ilegal como drogas recreativas.
- Cocaína: una droga ilegal que produce una euforia temporal y una sensación de aumento de energía, pero que puede tener graves consecuencias a largo plazo, como daño cerebral y enfermedades cardíacas.
- Metanfetaminas: una forma más potente de anfetaminas que se utiliza de forma ilegal como droga recreativa.
- MDMA o éxtasis: una droga sintética que produce una euforia intensa y sensaciones de empatía y afecto, pero que también puede tener efectos dañinos sobre la salud física y mental.
Sobra mencionar que todas las drogas, incluso las estimulantes, pueden tener efectos negativos en la salud y en la vida social y personal de quien las consume.
