Pandemia de Covid-19, dejó secuelas en la salud mental: UNAM

Covid-19 dejó secuelas en la salud mental
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Carmen Casas Ratia, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, considera necesario entender y analizar las secuelas de la pandemia de Covid-19.

Así como las afectaciones a la salud mental desde una perspectiva de salud comunitaria y una visión ética del cuidado social.

La académica comentó que justamente hablar de la salud mental, desde esta perspectiva de comunidad, coloca a la ENTS en una posición muy importante.

Pues le permitirá a la escuela, un análisis más a fondo a través de testimonios directos de lo que las comunidades han vivido y enfrentan en el contexto de la pandemia.

“Es fundamental reconocer y analizar con una nueva mirada estas tragedias, estas secuelas. Estos procesos que hemos vivido en este transitar de la lucha constante por salir adelante, ante los duelos y las pérdidas de todo tipo: económicas, de salud, de empleo, y de sueños, ante una situación que no esperábamos y que nos tomó por sorpresa.”

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Aún cuando ya se levantó la emergencia sanitaria por la Covid-19, es un tema que debe seguirse estudiando de manera prioritaria. Pues ayer era la pandemia y el día de hoy es la amenaza constante de la erupción de un volcán, agregó Casas Ratia.

“Tenemos cuestiones de contingencia ambiental que detonan este análisis a fin de poder reflexionar cómo se viven estos temas en comunidad y cómo se abordan desde lo social”.

Carmen Casas resaltó la necesidad de generar análisis desde todos los frentes para crear también alternativas.

Alternativas que provoquen nuevos diagnósticos disciplinarios que incluyan la prevención y la atención de nuevas enfermedades crónicas y de riesgos psicosociales.

Con el propósito de ir, cortar y tejer un futuro mucho más halagüeño y un presente de mayores fortalezas.

Covid-19. Salud mental no ha sido prioridad

Alejandra Monroy López, profesora investigadora de la ENTS resaltó la importancia de que las personas expresen sus emociones para mejorar la calidad de vida. Tanto a nivel individual como colectivo.

En nuestra vida diaria, todos enfrentamos situaciones difíciles y estresantes, como la pérdida de seres queridos, rupturas familiares.

Desempleo o la angustia generada por la inseguridad y la violencia de género, así como la falta de acceso a la atención médica, entre otros aspectos.

Sin embargo, las repercusiones emocionales de estas situaciones inevitablemente afectan nuestras relaciones sociales y, por ende, a la sociedad en su conjunto.

“Estas circunstancias alteran todas las dimensiones que nos definen como seres humanos: biológica, psicológica, social y cultural. Por lo tanto, es importante reconocer que esto afecta nuestra salud mental y nuestro bienestar físico, pero especialmente nuestras dimensiones sociales y culturales. También debemos considerar cómo cada uno de nosotros enfrenta estas situaciones y cómo les damos significado en nuestra vida cotidiana”, sostuvo Monroy López.

Por consiguiente, se resalta la necesidad de dar mayor importancia a la salud mental y comprender que es un componente fundamental para el bienestar integral de los seres humanos.

Debemos ser conscientes de la importancia de “expresar nuestros sentimientos y emociones, así como aprender a interactuar con los demás”.

Lamentablemente, se hizo hincapié en que la salud mental no ha sido una prioridad, lo cual se evidencia en la escasa información disponible, así como en las políticas públicas y el presupuesto asignado para este fin.

“Tenemos datos claros de que solo se destina el 2 por ciento del presupuesto nacional a la salud mental en nuestro país, mientras que los organismos internacionales sugieren que se debería asignar al menos entre el 5 y el 10 por ciento del presupuesto nacional para abordar adecuadamente esta problemática”.

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