La Asamblea Mundial de Salud designó en 2010 al 28 de julio, como el Día Mundial contra la Hepatitis.
El objetivo es educar e informar sobre las hepatitis virales y lograr que se comprenda mejor que estas enfermedades representan un grave problema de salud pública mundial.
Se eligió el 28 de julio por ser el día del nacimiento del Dr. Baruch Blumberg, laureado con el Premio Nobel en 1976, que descubrió el virus de la hepatitis B e inventó una prueba diagnóstica y la vacuna.
La baja cobertura de las pruebas diagnósticas y del tratamiento es el problema más importante que hay que resolver para lograr los objetivos de eliminación mundial para 2030.
El Día Mundial contra la Hepatitis, también tiene la intención de promover la sensibilización de gobiernos y poblaciones para que adopten medidas de prevención, control, diagnóstico y tratamiento, e impulsen a nivel mundial, iniciativas y estrategias a realizar por el sector salud.
Datos sobre la hepatitis
La hepatitis es la inflamación del hígado causada por diversos factores, principalmente por virus, aunque puede existir hepatitis bacterianas y hepatitis tóxicas por consumo de alcohol, venenos, fármacos.
La hepatitis viral es una enfermedad transmisible, aguda y crónica; ha alcanzado especial magnitud en todo el mundo. Y es considerada un problema para la salud pública, comparable a otras enfermedades transmisibles importantes, como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la tuberculosis y el paludismo.
A pesar de la enorme carga que supone para las comunidades de todas las regiones del mundo, hasta hace poco la hepatitis prácticamente se había pasado por alto como prioridad sanitaria y para el desarrollo.
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Con la aprobación de la resolución sobre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, las hepatitis víricas dejarán de ser una enfermedad oculta. La meta 3 del objetivo 3 de dicha agenda es especialmente pertinente: hace un llamamiento a adoptar medidas específicas para combatir las hepatitis víricas.
La Organización Mundial de la Salud, señala que en la Región de las Américas, cada año hay 10 mil nuevas infecciones por el virus de la hepatitis B, y 23 mil muertes.
Las estimaciones más recientes de la OMS, señalan que en toda la Región de las Américas se producen cada año 67 mil nuevas infecciones por el virus de la hepatitis C, y 84 mil muertes.
Solo en 18 por ciento de las personas con hepatitis B la infección llega a diagnosticarse; de ellas, apenas 3 por ciento reciben tratamiento.
Mientras que en 22 por ciento de las personas con hepatitis C crónica, la infección llega a diagnosticarse; de ellas, solo 18 por ciento reciben tratamiento.
¿Cuántos tipos de hepatitis existen?
A partir de su agresividad, los virus de la hepatitis y han sido designados con letras que van de la A a la E:
- Los tipos B y C conducen a la enfermedad crónica en cientos de millones de personas y, en conjunto, son la causa más común de cirrosis hepática y cáncer.
- Las hepatitis A y E suelen ser causadas por la ingestión de alimentos o agua contaminada.
- Las hepatitis B, C y D suelen producirse como resultado del contacto parental con fluidos corporales infectados. Los modos de transmisión de estos virus incluyen la recepción de productos contaminados con sangre o sus hemoderivados, o procedimientos médicos invasivos con equipos contaminados. Además, la transmisión de la hepatitis B ocurre de la madre al recién nacido durante el parto, de un miembro de la familia al infante, y también por contacto sexual.
Tratamiento
La OMS recomienda el tratamiento con antivíricos de acción directa (AAD) pangenotípicos para todos los adultos, adolescentes y niños a partir de los 3 años de edad con infección crónica por hepatitis C.
Los AAD pueden curar a la mayoría de personas infectadas por el virus de hepatitis , y la duración del tratamiento es breve (normalmente, de 12 a 24 semanas), dependiendo de la ausencia o presencia de cirrosis.
En este 2022, la OMS incluyó nuevas recomendaciones para el tratamiento de los adolescentes y niños con los mismos AAD pangenotípicos utilizados para los adultos.
¿Cómo se puede prevenir la hepatitis?
No existe una vacuna eficaz contra la hepatitis C, por lo que la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en los entornos de atención de la salud y en las poblaciones de mayor riesgo.
Esto incluye a las personas que consumen drogas inyectables y a los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, particularmente aquellos infectados por el VIH o que están tomando profilaxis previa a la exposición contra el VIH.
La OMS recomienda las siguientes intervenciones de prevención primaria:
- Administración adecuada y sin riesgos de inyecciones por los trabajadores de la salud;
- manipulación y eliminación seguras de desechos y objetos cortopunzantes;
- Prestación de servicios integrales de reducción de daños para los consumidores de drogas inyectables;
- Realización de pruebas de detección del virus de la hepatitis B y del virus de la hepatitis C (además del VIH y la bacteria de la sífilis) en la sangre donada;
- Capacitación del personal de salud;
- Prevención de la exposición a la sangre durante las relaciones sexuales.