Autódromo Hermanos Rodríguez, 60 años de recibir los mejor del automovilismo

Autodromo Hermanos Rodríguez, 6 décadas de recibir lo mejor del automovilismo
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Terminado en 1959 el autódromo de la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca (Autódromo Hermanos Rodríguez) tuvo su carrera de autos inaugural, el 20 de diciembre de ese mismo año, con las 500 Millas de la Ciudad de México, ganadas por Pedro Rodríguez.

Construido para beneplácito de los amantes de la velocidad que añoraban el paso de La Carrera Panamericana – que ya había sido cancelada para ese entonces–, el trazado cubrió la creciente necesidad de competencias automovilísticas.

Tres años después de su inauguración, en 1962, el Autódromo sería sede de su primer Gran Premio de Fórmula 1 con una carrera fuera del Campeonato. En esta carrera lamentablemente falleció durante las prácticas del gran premio, el mexicano Ricardo Rodríguez.

Al año siguiente, el Gran Premio de México se convertía en un evento completo del Campeonato Mundial.

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La dirección del entonces Autódromo Magdalena Mixhuca decidió homenajearlo, renombrándolo como Autódromo Ricardo Rodríguez.

Este autódromo, fue el proyecto de tésis para la UNAM, del ingeniero civil Óscar Fernández Gómez Daza.

Inspirado en algunos de los trazados más importantes en Europa –aún se puede ver la similitud con Monza–, hoy el Autódromo Hermanos Rodríguez tiene su propia historia llena de anécdotas, emociones, triunfos, fracasos, tragedias e instantes legendarios que lo convierten no sólo en la catedral del automovilismo mexicano sino incluso de toda  Latinoamérica.

El trazado inaugural (que disputó la primera carrera con autos Formula 1 en 1962) tenía una longitud de 5 kilómetros y, a lo largo de seis décadas, ha tenido distintas longitudes y configuraciones.

Actualmente es de 4.304 kilómetros para el Formula 1 Gran Premio de la Ciudad de México 2022.

¿Por qué las curvas del Autódromo Hermanos Rodríguez tienen nombre?

La recta de más de un kilómetro es uno de los sellos especiales del autódromo y, al final de ésta, se encuentra una curva a la derecha, la curva número 1, anteriormente llamada “Moisés Solana” en honor al piloto-pelotari.

Posteriormente, se reconoció a las curvas 1, 2 y 3 como el “Complejo Moisés Solana”. En estas se encontraba la “espiral” (una curva de radio decreciente).

La recta entre las curvas 3 y 4, llamada “Recta Jim Clark”, rinde tributo al primer ganador del Gran Premio de México, tanto en la carrera no puntuable de 1962 como en la primera dentro del campeonato oficial en 1963. Clark, además, sumó un tercer triunfo en la pista de la capital en 1967.

La curva 4 fue llamada “la presidencial”. Y es que las crónicas de aquella época señalan que ahí Adolfo López Mateos tenía un garaje privado para sus autos. Y desde ahí salía para recorrer personalmente la pista.

Una de las zonas más recordadas del viejo primer circuito es la “horquilla”. Esta se encontraba como extensión a lo que hoy se conoce como curva 6 (“Recorte Rebaque”).

La “horquilla” extendía el autódromo en una alargada “U” que obligaba a los pilotos a bajar, incluso, hasta primera velocidad. Era un deleite para los fotógrafos de la época, que caminaban por un pequeño talud que dividía el “ida y vuelta”, y les permitía tomas espectaculares de los autos y habitáculos.

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El arquitecto Manuel “Chacho” Medina fue el encargado de realizar las modificaciones a la pista para volver a albergar el México GP en 1986. Esto después de 16 años de ausencia.

Con las modificaciones realizadas, donde se recortaron las curvas intermedias, se dejó de usar la “horquilla”. Mientras la temible curva peraltada cambió de 13 a 8.5 grados de peralte; también vinieron nuevos nombres a partes de la pista.

La curva 6 fue renombrada en honor a Héctor Alonso Rebaque, piloto mexicano que compitió en la Formula 1 de 1977 a 1981. En tres de esas cuatro campañas obtuvo puntos.

Más adelante se encontraba la mítica y peligrosa curva peraltada. Protagonista desde el primer Gran Premio al ser el sitio en el cual se suscitó el trágico accidente que arrebató la vida de Ricardo Rodríguez. La peraltada fue el sello del autódromo por décadas, incomodando al propio Ayrton Senna y también mostrando el talento y valor de Nigel Mansell.

La entrada al Foro Sol y el recorte a media curva peraltada, fueron los cambios más sobresalientes de la modificación que realizó Christian Epp. Realizados con la firma alemana Tilke, para tener el tercer regreso de la Formula 1 a México en 2015.

En esta nueva configuración del trazado, la curva 12 fue nombrada “Adrián Fernández”. En honor al máximo ídolo mexicano de finales del siglo XX e inicios del XXI. Mientras que la curva 17 fue bautizada como la curva “Nigel Mansell”, por aquel intrépido rebase exterior que protagonizó en el México GP de 1990.

Estos nombres en el Autódromo Hermanos Rodríguez perduran hasta hoy en día, como un homenaje a la historia de la carrera que tendrá un nuevo capítulo del 28 al 30 de octubre, cuando se realice el Formula 1 Gran Premio de la Ciudad de México 2022.

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