Maratón CDMX 2022, misión cumplida. Nos vemos en 2023

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Este domingo 28 de agosto se realiza el Maratón CDMX 2022. 

El Maratón de la Ciudad de México Telcel 2022 saldrá de Insurgentes Sur frente a la Biblioteca Central de la UNAM, rumbo al Zócalo de la Ciudad de México para cumplir con la distancia de 42.195 kilómetros.

A continuación te compartimos el testimonio de una runner apasionada, que como miles de corredores se unirá a esta fiesta y hazaña deportiva. 

Cuando hablo de correr

Siempre pensé que quienes corrían maratones estaban locos, olvidé que soy miembro distinguida de ese club.

Hace un año y cuatro meses comencé a correr, básicamente, por salud mental, estrés, enojos y frustración me obligaban a subirme a la banda a correr. Cuando acababa, luego de media hora, me sentía aliviada y ya había perdonado los enojos. 

Un día, una amiga muy querida me invitó a correr con ella en domingo sobre Reforma, ese día descubrí la libertad que se siente cuando corres al aire libre.

Desde entonces corro mis largas distancias en Reforma todos los domingos. Cada semana iba progresando y quería más kilómetros, y más y más, hasta que un día pensé en correr un medio maratón.

⇒LEE TAMBIÉN. Resultados del Maratón CDMX 2022 ¿Dónde y cómo los puedes consultar?

Me di cuenta de que no sólo era tema de sentir que mi cuerpo es capaz de todo, era disfrutarlo. Yo me enamoré de la sensación de libertad que te da el correr, porque cuando  doy el primer paso del trote, me libero de todo, no existe nada más, sólo la ruta y yo, y es entonces cuando por fin despego y siento que esto es lo más cercano a volar, es el deporte más honesto porque es lo que hay, tu cuerpo, tu voluntad, y sobre todo, tu mente y tu corazón, que también corren cada kilómetro.

Mucha gente nos pregunta a los runners, ¿qué piensas durante todo ese tiempo que vas corriendo? La verdad es que, como dice Haruki Murakami en su libro “De qué hablo cuando hablo de correr”, en realidad no piensas en nada, es más bien este diálogo con uno mismo que se vuelve necesario.

Me enamoré profundamente de esta sensación de sentirme cerca de mis seres queridos que ya no están aquí (sí, les dije desde el principio, estoy loca), pero en esos momentos de soledad, en los que sólo estoy yo recorriendo la ciudad, comienza una charla interna que me lleva a todos lados, y es entonces cuando converso con ellos, es como si me acompañaran en cada zancada. 

21K CDMX

Todas estas sensaciones y emociones me llevaron a correr mi primer Medio Maratón de la CDMX en diciembre del 2021, ese día descubrí el poder que tiene la gente que te alienta. Corrí gran parte de esos 21k sin audífonos y con un nudo en la garganta, para mí fue una experiencia maravillosa, me sorprendió mucho que un montón de desconocidos me alentaran, que gritaran mi nombre (porque lo leen debajo del número) seguido de un “Vamos, tú puedes”. Esos gritos, los aplausos, las matracas, las campanas, las pancartas, se volvieron una auténtica inyección de energía ¡qué gel iba a necesitar! yo iba volando sin darme cuenta, corriendo más rápido, sin sensación de cansancio ni de exigencia. Es una energía inexplicable que te pone la piel chinita y de pronto no te deja respirar porque tienes ese nudo en la garganta y te pones a llorar mientras sigues corriendo.

¡Gracias! si tú estás leyendo esto y sales a animar a los corredores. Gracias, tú haces toda la diferencia para los que vamos en la ruta. 

Yo no dejé de sonreír durante el recorrido mientras les daba las gracias y les devolvía el aplauso.

Y pues sí, así me enamoré de las competencias.

El camino a los 42.195k

Decidí que quería celebrar mis 42 años con 42.195 kilómetros.. A partir de entonces me preparé, entrené, corrí y corrí, pero me di cuenta de si quería hacerlo bien, necesitaba un entrenador especializado en preparar corredores para Maratón. Y conocí a Sally, mi coach. Ella es una mujer llena de buena energía, y de mucho conocimiento en acondicionamiento física, no solo para Maratones, sino en general. 

Desde entonces, me ha entrenado con exigencia, paciencia y sobre todo motivándome. Ha creído en mí desde el primer día y me ha puesto mis jaladas de orejas cuando pienso que no estoy hecha para correr a cierta velocidad y correr en cuatro horas los 42k y 195 mts.

Yo soy una corredora de resistencia, no de velocidad, sin embargo, mi coach me enseñó que para prepararse para un Maratón, se tiene que trabajar ambas. 

Y así lo hice, entrené con plena confianza en lo que Sally preparaba todos los días. Sin chistar, hice cada entrenamiento a conciencia, sin robar repeticiones, sin robarle un minuto, lo di absolutamente todo en cada uno de los entrenamientos y las corridas de larga distancia.

Mi entrenadora me enseñó a creer más en mí, en la capacidad que tiene mi cuerpo, en lo fuerte que soy y en que puedo con esto y más, por eso siempre le estaré agradecida.

Fueron poco más de seis meses de entrenamientos duros, me convertí en una atleta sin darme cuenta, y amé que me lo dijeran, se siente muy bonito. Hice ejercicios que llamaban la atención en el gimnasio porque nadie más los hace. Aprendí que para correr un Maratón no sólo se debe correr diario, debes fortalecer cada músculo de tus piernas y glúteos, el abdomen es importantísimo, igual que todo el tren superior. Para correr un Maratón necesitas trabajar tu cuerpo completito, debes hacerlo fuerte y flexible, igual que la mente. 

Inconscientemente, todos los días me imaginaba llegando a la meta, podía visualizarme en ciertas partes de la ruta, siempre sonriendo y sintiéndome entera. Sally me puso a meditar un par de días antes del Maratón y me pidió con especial énfasis que me viera cruzando la meta, porque “lo que cree tu mente se hace realidad”, me dijo.

A la par de mis entrenamientos, también empecé con fisioterapia, llegué a las manos de Margarita, mi fisio que se convirtió en una aliada, me ha ayudado más de lo que pensé.

Eso sí, debo reconocer que tengo un cuerpo maravilloso, ha logrado sobreponerse a muchas cosas, y con mucha rapidez, algo que me sorprendió porque yo no sabía de esa magnífica capacidad que tiene. Por eso, cada vez que termino de correr, lo primero que hago es abrazarme, le agradezco a mi cuerpo por ser tan sorprendente.

Expo Maratón CDMX 2022
Expo Maratón CDMX 2022

Maratón CDMX 2022. Una inesperada cuenta regresiva

Mi fisioterapeuta obviamente tuvo mucho que ver en mis recuperaciones, porque además, me pasó de todo en este proceso de más de seis meses, lo que se puedan imaginar, me contracturé, me desgarré una pantorrilla, me dio Covid dos semanas antes del Medio Maratón de la CDMX 2022 (y me fue mejor que el año pasado), en Semana Santa me caí, quedé con moretones enormes en la pierna, rodilla y manos raspadas, se me inflamaron tendones, incluso, dos días antes de este Maratón, unos zapatos que eran lo más cómodos del mundo, me hicieron una ampolla en el metatarso del pie derecho, incluso la operación de mi madre tres semanas antes, lo que implicó estar casi una semana en el hospital y las dos siguientes con los cuidados y tiempo que requiere su cuidado, alimentación y demás, todo esto sin olvidar que también trabajo y la carga se duplicó en el último mes.

Todo esto yo lo tomé bien, jamás me estresé ni me preocupe, siempre he creído que las cosas pasan por algo y en el momento justo. Decidí que cada una de las adversidades que me pasaron sucedieron para darme cuenta de que puedo con todo, asumí que fueron una serie de pruebas del destino, de mi mismo cuerpo, para ponerme a prueba de que de verdad quiero esto, de que de verdad estoy hecha para soportar lo que conlleva correr un Maratón. Fueron lecciones que me hicieron más fuerte y que hoy me hacen pensar que voy a correr mi primer Maratón habiendo superado todo y que nada podrá detenerme para conseguir cruzar la meta.

Además de ir a fisioterapia, también incluí en mi equipo, porque así considera a las mujeres que me han acompañado en este camino, a mi quiropráctico, Carmen, cada sábado me ajustaba, me ayudó a mejorar todo, incluso mi pisada, porque descubrió de donde viene toda la complicación. 

Lo que sí quiero que quede claro es que para prepararse para correr un Maratón se necesita mucha voluntad, el deseo absoluto de lograrlo, disciplina, determinación y un buen ahorro, porque no es precisamente barato. Es una inversión bien hecha, porque la estoy haciendo en mí misma. Si no fuera por esta aventura que decidí emprender, jamás hubiera sabido lo chueca que estoy y que necesitaba empezar a trabajar en ello antes de que se complicara todo.

Cuando uno se mete en este mundo de los runners, aprende muchísimo, jamás imaginé que existían tantos tipos de tenis, que uno debe conocer su tipo de pisada para entonces usar los tenis adecuados. 

Aprendí lo importante que es comer carbohidratos dos días antes de la competencia, que los geles son elementales porque la azúcar, durante tu ruta es importantísima, igual que la hidratación. Esto lo aprendí gracias a mi coach, Sally quien hizo toda una estrategia previa y durante el Maratón.

Yo me tomé muy enserio la preparación, así que decidí dedicar mi energía completa a mis entrenamientos, me dormí temprano, comí bien, no permití que nada distrajera mi atención, me mantuve enfocada durante todos estos meses.

Así llego a unas horas antes de mi primer Maratón, con la certeza de que lo lograré, con mucho trabajo mental, motivación y segura del trabajo que he hecho. Como dijo una vez Usain Bolt, “detrás de escena es donde se hace todo el trabajo, la competencia es la parte fácil”.  

Así que espero ansiosa ese momento con el que sueño, justo saliendo de 20 de Noviembre, cuando los militares que están  los lados de las vayas te aplauden mientras vas corriendo a unos cuantos metros de la meta, ahí es cuando seguramente, gritaré y lloraré, llena de orgullo y felicidad.

 

Maratón CDMX 2022, el Día D

“Visualízate llegando a la meta como quieres llegar”, me dijo Sally, mi coach cuando me pidió que meditara antes de dormirme el sábado. Eso hice, me vi llegando entera, satisfecha y llorando mucho, y así pasó.

Unas cuatro horas antes del Maratón cayó un diluvio con truenos y relámpagos, pensé, ni hablar, así lo correré, no hay de otra. Afortunadamente, cuando llegué a Ciudad Universitaria, era sólo un chipichipi que paró casi inmediatamente de que bajé del taxi.

Mi grupo de veteranos, el color azul, era el más animado, todos estaban súper emocionados. Y aunque tardamos en salir, por ser el penúltimo segmento, la banda de la Secretaría de Marina que tocaba cada vez que estaba por salir un grupo, se contagió de nuestro ambiente, empezamos a cantar “Cielito Lindo”, pues esa nos dedicaron. Cantamos con todo el corazón y luego, comenzamos el recorrido.

El clima era perfecto, nublado y fresco. Las personas ya estaban en las calles apoyándonos. Qué maravilla es tenerlos animándonos, adultos mayores, jóvenes, niños, todo tipo de personas están ahí con pancartas y mucha energía que contagiarnos.

un maraton se corre con el corazon

El secreto es comenzar el Maratón con un ritmo tranquilo, no por ser línea recta y gran parte de bajada, uno debe dejarse ir. Hay que ser precavidos, los primeros 10k son de estudio para poder encontrar tu ritmo, y si es posible alguien que vaya a tu ritmo o uno que te acomode, para acompañarse y jalarse uno al otro.

Yo en algún punto del kilómetro 3 encontré a una chava con la que comencé a hacerlo, ambas, sin decirnos una sola palabra, empezamos a acompañarnos, hasta que yo tuve que detenerme en el sanitario, ahí la perdí y no volví a verla.

Cuando retomé la ruta, corrí bajo el mismo ritmo y me tomé en la Glorieta de Insurgentes a un señor tocando el violín, una joya.

La Condesa fue un tramo complicado, me di cuenta de que mis metros sin la gente y sus porras, me hacían falta. Para mí, ellos fueron más efectivos que los geles energéticos que tomé.

Desde el kilómetro 1, empecé a alentar, soy una mujer que todo lo hace con pasión y comencé a gritar para motivarme, ¡Vengaaaa, Vamos! Y me percaté de que eso animaba más a las porras, así que me di a la tarea de ser la animadora de las porras. Grité todo el camino y eso hizo que la gente de mi alrededor hiciera lo mismo.

Al mismo tiempo, me detuve varias veces en el camino, cada vez que veía que algún corredor estaba a lado de la ruta, sobándose las piernas, yo me acerqué y les pregunté si estaban bien, cuando me decían que sólo tenían dolor muscular o calambres, les ofrecía de mi spray para quitar el dolor. Esto lo repetí, felizmente, muchas veces.

Como el tiempo no me importaba, no dudé en ayudar a quienes lo necesitaban.

Los kilómetros pasaron y yo, me sentía sí, cansada, pero nunca me topé con el llamado “muro”, nunca lo sentí, y esto se debe a que llevé al pie de la letra mi preparación previa, desde los entrenamientos, hasta la alimentación e hidratación de unos días antes del Maratón, sumado a la suplementación con los geles en la estrategia que me estableció mi coach.

Mis audífonos los usé muy poco, casi no escuché música, prefería llenarme de la energía de la gente, estoy enamorada de esa sensación, me llenaba el corazón y me daban ese punch que necesitaba.

Reforma se puso complicada porque ya había sol, pero aún así no escatimé en el esfuerzo, sentía cansancio, pero seguía dándolo absolutamente todo. Hasta que, justo en el retorno de Reforma para regresar hacia el sur, me topé con mi gran amiga, la doctora Laura, no sabía que podría ir, y cuando escuché su grito con voz entrecortada, corrí a abrazarla y lloré junto con ella, luego me quedé pensando en que ni una palabra me salió, el nudo en la garganta me dominó. Justo después de soltarla del abrazo, retomé el ritmo y me sentí con más ánimo, y seguí, faltaban como 3k para terminar.

Antes de llegar a República de El Salvador, mi amiga Fer estaba esperándome, nos abrazamos y lloré de nuevo, desde ahí seguí llorando, casi hasta 20 de Noviembre, ahí en esa vuelta, sentí un dolor en el femoral derecho, sabía que Sally y su hijo Li, me esperaban a unos metros y pensé en que no podría detenerme a abrazarlos porque me daba miedo que ese dolor me hiciera llegar cojeando a la meta, estaba ya a unos metros.

Antes de ver a Sally, vi de nuevo a mi querida doctora Laura, me gritaba “Kilómetro 42, doctora”, solo pude sonreírle y agradecerle.

Unos metros más adelante, estaba Sally con Li gritándome, fueron el punch que necesitaba para esos pocos metros que me faltaban.

Cuando alcancé a ver el arco de Meta, se me cerró la garganta y comencé a llorar de nuevo, no podía creerlo.

Me repetí varias veces, “¡Nelly, lo hiciste, lo lograste!”, crucé la meta, el dolor en el femoral había desaparecido, grité de felicidad y orgullo. Me abracé a mí misma porque acababa de convertirme en una maratonista.

Pensé que cruzando la meta sentiría dolor en todo el cuerpo y que apenas podría caminar, y no fue así.

Como resultado de todo el trabajo que hice durante más de 6 meses, pude caminar sin ningún problema y fui directo a la Catedral, ahí me esperaba mi amiga, que es más bien mi hermana, Deya. En cuanto la vi, pues lloré de nuevo, la abracé por mucho tiempo. Ella es una de las personas que ha creído en mí desde siempre.

Tengo que mencionar a mi querido amigo Omar Flores, que tanto en el Medio Maratón, como en el Maratón fue a tomarme unas fotos bellísimas.

Una amiga me preguntó, ¿qué se siente haberlo logrado? Y le respondí, ¡Que puedo lograrlo todo!

En estos momentos sólo siento agradecimiento hacia todos mis amigos y mi familia que me han llenado de palabras hermosas. Mis padres están tremendamente orgullosos de mí, me abrazaron con fuerza en cuanto llegué a casa, y esa fue mi recompensa más grande. Porque este logro de hoy es por y para ellos, mi papá y mi mamá.

Desde hoy, con orgullo absoluto, sumaré en mi biografía: atleta y maratonista.

Nos vemos el año que entra Maratón de la CDMX, te disfruté muchísimo, me hiciste feliz.

 

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