Cada año, el 3 de mayo es un día de gran importancia para la Iglesia, ya que se celebra el Día de la Santa Cruz.
Esta festividad, que tiene una gran devoción popular entre los albañiles, ingenieros y arquitectos, se conmemora con gran alegría en todo el mundo.
Cabe señalar que debido a la crisis sanitaria por el Covid-19, las celebraciones debieron adecuarse a las medidas de higiene que persistían.
La celebración implica engalanar las obras con cruces adornadas con flores y listones, entre otros adornos.
La presencia de la Santa Cruz en México se remonta a hace más de 500 años. Es común verla en capillas de hospitales donde los fieles acuden a rezar por los enfermos.
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A través de este símbolo, Jesús se hace presente en el sufrimiento de los seres humanos.
La Cruz nos pide que mostremos caridad, solidaridad, unión, esperanza, fortaleza, confianza, ciencia y valor para superarla.
¿Por qué el Día de la Santa Cruz se celebra el 3 de mayo?
La historia de la Santa Cruz en México es muy rica y diversa.
Las primeras cruces en la tierra mexicana fueron colocadas por los expedicionarios españoles que llegaron a la región en el siglo XVI. Estaban liderados por Francisco Hernández de Córdoba, Juan de Grijalva y Hernán Cortés.
Fue este último quien mandó poner la primera cruz en la Ciudad de México hace 500 años, en un acto que se considera el inicio de la evangelización en México.
La tradición de celebrar a la Santa Cruz se remonta a los primeros años de la evangelización, cuando Fray Pedro de Gante llegó a Nueva España en 1523 y promovió la costumbre.
Posteriormente, otras órdenes religiosas, como los franciscanos, también la promovieron. En tiempos prehispánicos, la cruz se representaba en estelas, pinturas y basamentos piramidales, y su significado estaba relacionado con el maíz y con Quetzalcóatl, en la cultura tolteca.
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Según relatos históricos, el emperador Constantino tuvo una revelación antes de la batalla contra Majencio en el año 311, en la que vio una cruz luminosa en el cielo y oyó una voz que decía: “Con este signo vencerás”.
Constantino mandó poner la cruz en la bandera de su ejército y logró la victoria.
Más tarde, Santa Elena, madre de Constantino, encontró algunos vestigios de la pasión de Cristo en el Calvario, entre ellos tres fragmentos de cruces.
Para saber cuál de ellas era la verdadera, pidió la curación de varios enfermos y determinó en qué madero fue crucificado Cristo.
Las dos primeras no le causaron ninguna impresión, pero cuando fue tocada por la tercer cruz, se puso de pie, curada milagrosamente. De esta manera se dieron cuenta que la Santa Cruz había sido encontrada; desde entonces el 3 de mayo se festeja el aniversario del descubrimiento de la Cruz.
En la Basílica de la Santa Cruz en Roma se conservan algunos fragmentos de la Cruz de Cristo. Así como el letrero que Pilato mandó poner encima de la cruz.
Además, hay otras reliquias de la cruz en varios templos del mundo, incluyendo la Catedral de México, donde se encuentran tres relicarios en la sacristía, la Capilla de las Reliquias y el coro.
