En la sociedad actual, nos encontramos inmersos en un mundo virtual y acelerado que nos impide disfrutar plenamente nuestras actividades y ser felices.
Cada vez son menos las cosas que hacemos que realmente nos brindan satisfacción.
Gran parte de nuestro tiempo lo dedicamos al trabajo, al estudio y a la acumulación de bienes materiales, como si fueran necesidades autoimpuestas.
Sin embargo, es importante cuestionarnos si nuestra vida va por el rumbo que siempre deseamos, si nuestras relaciones personales son verdaderamente gratificantes y si nuestras acciones nos acercan a las metas que nos hemos propuesto.
Las respuestas a estas preguntas pueden revelar nuestro nivel de felicidad.
Según el académico de Psicología, Manuel González Ozcoy, la felicidad es un estado efímero y transitorio de satisfacción que experimentamos cuando algo mejora en nuestras vidas y se mantiene, convirtiéndose en un estado de bienestar y placer.
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La construcción de la felicidad implica condiciones sociales y diversos factores.
El acceso a la salud y la educación, la sensación de seguridad social y otros aspectos como la amistad, las relaciones de pareja, el entorno laboral, la familia y, por supuesto, las cuestiones económicas juegan un papel crucial.
La felicidad no se construye de manera individual ni en la soledad; la interacción social es fundamental para acercarnos al bienestar y experimentar momentos de felicidad.
En el contexto de la cultura mexicana, se pueden identificar factores determinantes de cohesión social, como la importancia de la familia y la amistad.
Estos, junto con emociones como la empatía, la solidaridad, la compasión y la capacidad de disfrutar de las cosas, se convierten en elementos indispensables para experimentar la felicidad en nuestra vida cotidiana.
¿Cómo se mide la felicidad?
De acuerdo con González Ozcoy, la felicidad puede evaluarse mediante parámetros sociales, culturales y políticos que permiten medir los niveles de satisfacción y bienestar en cada país.
Estos parámetros incluyen el acceso a servicios de salud, seguridad social y educación, así como factores económicos como los niveles de ingreso, distribución de la riqueza, poder adquisitivo y el respeto al medio ambiente.
A partir de 1972, se comenzó a medir sistemáticamente la felicidad en el reino de Bután, ubicado en la cordillera del Himalaya.
En ese momento, Bután fue considerado el país más feliz del mundo y allí se elaboró por primera vez un Índice Nacional de Felicidad.
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Según los expertos, este pequeño reino del Asia oriental proporcionó una de las métricas más completas de la felicidad, basándose en nueve parámetros esenciales.
- Salud: mide la atención médica y las barreras de ésta, así como la calidad de los servicios respectivos.
- Educación: evalúa el aprovechamiento, la calidad, la escolaridad y el nivel de la educación.
- Diversidad ambiental: cuantifica el acceso a servicios ambientales y el conocimiento ambiental de la población, que se caracteriza por el número de árboles sembrados por persona.
- Nivel de vida: mide los niveles de consumo de los hogares y el número de casas propias, entre otros aspectos.
- Gobernanza: se evalúa la calidad de los servicios públicos, la confianza en las instituciones y los niveles de seguridad.
- Bienestar psicológico: aquí se estiman los niveles de estrés y la prevalencia de emociones como celos, frustración, generosidad y tranquilidad.
- Uso del tiempo: cuantifica el tiempo que dedicamos a dormir, a la participación comunitaria, a la educación, al deporte, al cuidado de los demás y a meditar, entre otros elementos.
- Vitalidad comunitaria: estima la confianza y el apoyo social entre los miembros de una comunidad, así como los niveles de seguridad.
- Cultura: evalúa el conocimiento de la cultura propia (deportes tradicionales, festividades comunitarias, labores artesanales, etcétera), así como el respeto y conocimiento de otras culturas.
Tras las contribuciones de Bután, Amartya Sen, ganador del Premio Nobel de Economía en 1998, se destacó por desarrollar nuevas métricas de bienestar que sirvieron como base para el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas.
Según el Informe Mundial de la Felicidad 2023, publicado por la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, Finlandia ocupa el primer puesto como la nación con las mejores condiciones sociales y económicas para la felicidad de las personas. Estas condiciones incluyen el apoyo social, los ingresos, la salud, la libertad, la generosidad y la ausencia de corrupción, entre otros aspectos.
Junto a Finlandia, los otros nueve países que ocupan los primeros lugares son Dinamarca, Islandia, Israel, Países Bajos, Suecia, Noruega, Suiza, Luxemburgo y Nueva Zelanda.
Estas naciones demuestran un alto nivel de desarrollo humano, con puntuaciones elevadas en términos de calidad de vida, ingresos y disponibilidad de infraestructuras y recursos para vivir.
La felicidad en México
En el ranking de felicidad que incluye a 150 países, México se encuentra en la posición 36.
Se sitúa por debajo de Costa Rica, Uruguay y Chile, que son los países mejor posicionados en América Latina.
En el continente en general, Canadá y Estados Unidos ocupan los primeros lugares: Canadá (13) y EE. UU. (15).
Los países latinoamericanos mencionados se encuentran en los siguientes puestos:
- Costa Rica (23)
- Uruguay (28)
- Chile (35)
- México (36)
- Panamá (38)
- Nicaragua (40)
- Brasil (49)
- El Salvador (50)
- Argentina (52)
- Honduras (53)
En el extremo inferior de la lista se encuentran Afganistán, Líbano, Sierra Leona, Zimbabue, República Democrática del Congo, Botsuana y Malaui.
En comparación con los datos del año pasado, México ha avanzado 10 posiciones en el ranking de felicidad.
Hay que recordar que en 2022, ocupaba el puesto 46. El Informe Mundial de la Felicidad 2023 destaca que, a pesar de las múltiples crisis, incluidos los dos años de emergencia sanitaria por la Covid-19, la mayoría de los países del mundo siguen siendo notablemente resilientes, con niveles de satisfacción globales tan altos como antes de la pandemia.
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En el caso de México, estos datos coinciden con las cifras más recientes de la encuesta sobre niveles de bienestar de la población realizada en febrero de 2023 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La encuesta resalta que los mexicanos se sienten cada vez más felices y satisfechos con sus vidas.
El promedio general de satisfacción fue de 8.5 para los hombres y 8.3 para las mujeres.
Los jóvenes menores de 30 años reportaron sentirse mejor en los diferentes aspectos de su vida personal.
Los rubros en los que la población mostró mayor satisfacción fueron las relaciones personales (8.8), la vivienda (8.7), la actividad u ocupación (8.7), los logros en la vida (8.5), el estado de salud (8.5) y las perspectivas a futuro (8.5).
Los aspectos en los que hubo menor satisfacción fueron la seguridad ciudadana (5.4), la situación del país (7.1) y la ciudad (7.5).
