El Día de los Amantes, conocido también como el Día del Amante o Día del Infiel se celebra el 13 de febrero, un día antes del Día del Amor y la Amistad.
Este festejo surgió a propuesta de la empresa Ashley Madison, un sitio web que se dedica a las citas para infieles.
En 2015, esta red social de infieles propuso celebrar en una fecha especial a los amantes.
Se resolvió que el día ideal para hacerlo es el 13 de febrero, junto un día antes del Día del Amor y la Amistad, fecha en que se festeja a la “pareja oficial”.
Día de los Amantes y la infidelidad
Una encuesta realizada por Ashley Madison en 2019 señaló que para el Día de San Valentín los infieles gastarían la misma cantidad de dinero con su pareja que con su amante, aunque lo harán de distintas formas.
El análisis reveló que 28% de los usuarios encuestados aceptó que pasará el Día de San Valentín con su amante.
Otros datos reveladores es que el 69 por ciento de los entrevistados dijo que celebrará San Valentín con su amante teniendo sexo.
Mientras que 70 por ciento lo pasará con su esposa o esposo en una cena romántica, y la cantidad empleada de dinero será la misma para la cena que en el cuarto de hotel.
Es curioso que muchas encuestas revelan que el día anterior y posterior a San Valentín se registra un mayor número de infidelidades.
Historia de San Valentín
Valentín de Terni fue médico y sacerdote católico que sirvió en Roma, Italia durante el siglo III d.C.
Este sacerdote se hizo famoso porque celebraba matrimonios a escondidas, pues muchas parejas estaban enamoradas y no podían casarse legalmente en Roma porque el emperador Claudio II lo prohibía.
El emperador romano consideraba que los solteros eran mejores soldados, pues no tenían compromisos ni ataduras. Por esa razón prohibió que las parejas se casaran.
Cuando Claudio II descubrió que San Valentín realizaba bodas en secreto, ordenó que el sacerdote fuera detenido y lo sentenció a muerte.
Durante su captura, San Valentín se hizo amigo de su carcelero, Asterious, quien quedó tan impresionado con la del sacerdote que le pidió que ayudara a su hija Julia con sus lecciones. Ella era ciega y necesitaba que alguien le leyera libros para su aprendizaje.
El emperador Claudio también llegó a quererlo, y hasta se ofreció a perdonarlo si renunciaba a su fe cristiana y aceptaba adorar a los dioses romanos.
San Valentín se negó a abandonar su fe y enfureció al emperador, quien lo condenó a morir decapitado.
Antes de que se cumpliera el castigo, el santo escribió una última nota a Julia, alentándola a permanecer cerca de Jesús y también para agradecerle por haber sido su amiga. Al final de la nota firmó: “De tu Valentín”.
Esto fue lo que inspiró a que las personas para que comenzaran a escribir cartas de amor.