La Academia 20 años inicia el 12 de junio. Con ello, muchos recuerdos, pues apelan mucho a la nostalgia de lo que fueron las primeras generaciones.
Los tiempos han cambiado y el formato también, de hecho hubo años donde no hubo programa, estaba prácticamente finalizado.
Regresó en 2018 y en 2019, pero aunque tuvo cierto impacto, lejos quedó de lo que fueron las primeras.
El rating ya no era el mismo, las primeras 4 generaciones son las que dieron éxito, pero también desgastaron el formato.
Detrás del programa hay varias historias, unas no tan buenas, pues lo que buscaban los productores, era audiencia.
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Lado oscuro de La Academia
En la primera generación todo era prueba error, cuando encontraron que explotar las historias personales de los participantes daba rating, no dejaron de hacerlo.
Fue así que a la distancia, muchos de los ex participantes, dicen no haber disfrutado esa parte de exposición.
Cómo olvidar lo que hicieron con Laura Caro, literal su imagen jamás se recuperó. La acusaron dentro del programa de cosas que actualmente si la expusieran sería otro tema.
Ella fue a “buscar” a un cuarto de un “hombre” y esas son palabras del entonces director Héctor Martínez. Se fue contra ella, en lugar de contra él, ni siquiera fue parejo.
En dicha primera generación, usaron otras historias como la de Yahir con su hijo Tristán. Toñita y su humildad. La autoestima de Nadia.
Myriam Montemayor destacó, pero además la producción apoyó en los juegos dentro, por eso regresó Víctor García a iniciar una historia de amor.
Al salir varios integrantes con los años revelaron que no la pasaron bien en su exposición personal. Sabían que los estaban usando de alguna manera.
Myriam después de muchos años salió con problemas con Azteca. Fue claramente utilizada en un Desafío de Estrellas y de ahí declaró que la tuvieron en silencio de manera contractual.
No la dejaron trabajar, pero tampoco le dieron mucho trabajo.
Quien pudo salir de este enredo fue Yuridia, quien muchos años habló de lo mal que la pasó por todos sus problemas personales.
Nunca le ha gustado hablar de su vida personal y lo que conllevan las entrevistas o la gente.
De hecho, regresó a Azteca en 2022 pero para ser coach de La Voz.
Carlos Rivera, por mucho la gran estrella de La Academia, no fue muy apoyado por la empresa. Su carrera la logró con méritos propios al irse a España.
Su paso por el teatro comenzó a darle exposición, hasta que reventó su carrera, ahí sí, gracias a la televisora de enfrente: Televisa.
El caso Jolette
Jolette es punto y aparte, la muestra más clara de lo que se hace por rating.
La cuarta generación fue la que más explotó esta parte. Jolette no cantaba, no era una buena alumna, pero la mostraron hasta que la hicieron un personaje.
Lolita Cortés se la acababa en cada crítica, sus enfrentamientos eran lo de mayor rating.
Ilse Olivo, de Flans, quien fue juez, reveló que la producción no la trató bien, la querían obligar a crear show. Al negarse, fue Lolita quien la traía contra ella.
Cortés informó en algunas entrevistas posteriores que estaba dirigida y que ella como profesional que es, hacía caso, pero que jamás fue su intención lastimar a Ilse.
Al final, Jolette hizo una carrera en la conducción y cuando hay una persona con ese perfil, de inmediato la recuerdan.
Esto parece que sucederá en este 2022 con Rubí, la famosa quinceañera, quien está en el show y que ya tuvo una crítica muy negativa de parte de Lolita Cortés. Ya la llaman la Jolette 2022.
Ex académicos de esta generación sabían que ella era la más votada, de no irse antes, ella hubiera ganado.
Jolette dijo en alguna ocasión que la producción la manipuló y que varias veces quiso irse, pero no la dejaron. Cuando quise irse, se lo aceptaron, porque estaba cerca la final y no podía ganar alguien que no cantara.
Acoso en La Academia
Adrián Varela de la cuarta generación denunció años después a Sergio Segura, productor de Azteca, de acoso y de limitar su carrera por no querer andar con él.
Silvia Mendivil de esa misma edición respondió en alguna publicación del cantante que ella fue testigo de esos abusos.
Hector Zamorano, de la primera generación, también acusó a Sergio Segura.
