Los poppers son una droga que se volvió popular en la comunidad gay, y que aparece mucho en aplicaciones de ligue.
Se incluyen en el grupo de los inhalantes. Están compuestos en su mayoría por nitritos de amilo, butilo o isobutilo.
Son líquidos incoloros e inodoros que se venden en pequeños botes de cristal para inhalar.
El nitrato de amilo es una sustancia muy volátil e inflamatoria y nunca debe ingerirse, porque puede ser morta.
¿Para qué son los poppers?
Producen un efecto estimulante y vasodilatador que se percibe a los pocos segundos de inhalar la sustancia, con sensación de euforia, ligereza, y aumento del deseo sexual.
Estos efectos desaparecen rápidamente y dan paso a una sensación de agotamiento.
Los efectos adversos producidos son enrojecimiento de la cara y el cuello, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, aumento de la frecuencia cardiaca e hipotensión.
Los poppers crean tolerancia, lo que unido a la breve duración de sus efectos, lo convierte en una droga peligrosa.
Tiene un elevado riesgo de intoxicación por sobredosis.
Al ser un producto que no se vende de manera legal, suele venir en presentaciones tipo: aromatizantes, aceites, incienso líquido, limpiadores de cuero, solventes, quitaesmaltes de uñas, entre otras presentaciones.
Muchos de estos productos se venden en línea, o redes sociales. Por lo cual se complica mucho tener control.
Aunque el consumo depende de cada persona, hay quienes pueden asumir que es legal o que la presentación en la que viene lo hace viable.
El uso de los poppers tiene doble riesgo si se combina con consumo de otras drogas o con alcohol.
No está de más decir que al desinhibir a las personas, se aumenta el riesgo de que contraigan infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH o la sífilis.
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