Manuel López Monroy, primer director de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) de la UNAM, indica que el cine, y todo lo que implica, es un ámbito de conocimiento equivalente a la medicina, las ciencias o la filosofía, con sus especificidades y diferencias, y ser una escuela nacional dedicada a este arte es una forma de reconocerlo. “Es un cambio cualitativamente importante”.
López Monroy, aseguró lo siguiente respecto al momento que atraviesa el séptimo arte en nuestro país: “No calificaría el momento actual del cine mexicano como adverso, sino como complejo y difícil; algunos opinamos que no se ha entendido suficientemente bien lo que representa y su papel fundamental en la cultura”.
Con una herencia de más de 55 años en los que ha incidido audiovisual y creativamente, además de ser formadora de talentos, la ENAC (aprobada por el Consejo Universitario en marzo pasado), antes Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), busca consolidarse como la mejor de México en el área.
Muestra de su importancia es que en el último medio siglo el cine mexicano no puede entenderse sin la participación de nuestros egresados en la producción, estudio, análisis y
creación cinematográfica, subrayó.
“El cine tiene un vínculo estrecho con la población, la gente lo quiere, asiste con frecuencia aunque tenga complejidades conceptuales y formales. Es una actividad y un producto cultural muy accesible”. Al mismo tiempo, la cultura es fundamental para concebir a un país, para que éste se entienda a sí mismo y sus habitantes se cuestionen y revisen lo que son: sus inquietudes, preocupaciones, anhelos y contradicciones, dijo.
