Una de las exposiciones más concurridas en los últimos años en el Museo Nacional de Antropología (MNA) fue “Escudo Nacional. Flora, fauna y biodiversidad”, la cual fue montada en el marco del centenario de la Constitución Mexicana en 2017.
A propósito de esta muestra, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) presentaron un libro homónimo que más que un catálogo, es un compendio como nunca antes se había publicado, de los estudios y las imágenes referentes a este símbolo patrio.
El libro tiene 476 páginas e incluye 30 ensayos distribuidos en seis capítulos, de 33 autores convocados, 530 imágenes, 390 piezas debidamente referenciadas. Es la biblia del Escudo Nacional mexicano.
Al respecto, el director general del INAH, el antropólogo Diego Prieto Hernández, recordó que en los mitos de origen de los distintos pueblos mesoamericanos y entre los pueblos indígenas actuales, el mundo animal y el vegetal son actores del mundo.
El Escudo Nacional, “el emblema más representativo de la identidad mexicana”, es la encarnación de un mito que ha trascendido el tiempo, el de la fundación de México-Tenochtitlan.
“La narrativa del Escudo Nacional, de su legitimación y permanencia, transita a lo largo de nuestra historia como nación independiente. Se trata del único distintivo cuyo relato visual recupera, a lo largo de ochos siglos, la persistencia de un conjunto de elementos simbólicos de uno de los pueblos mesoamericanos más complejos: el mexica.
“Incluso durante el periodo virreinal, el nuevo orden hispánico no pudo arrancar la presencia de aquellos símbolos. Por eso los criollos del siglo XVIII lo retomaron como parte de un proceso de afirmación e identidad nacional que aparecería con más fuerza en el curso del movimiento independentista. Esa es la historia que este libro intenta reconstruir”, expresó el titular del INAH.
El ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y coordinador general de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), José Sarukhán Kermez, destacó que nuestro Escudo Nacional es “el más biodiverso del mundo”.
En el escudo se incorporan seis elementos biológicos: el nopal, el águila, la serpiente, caracoles y ramas de encino y laurel. También se incluye la representación pictórica del agua con chalchihuites (cuentas de jade) que se alternan con los caracoles referidos, así como el signo de la piedra viva en donde crece el nopal.
José Sarukhán refirió que los tres primeros elementos tienen su origen en las relaciones del mito mexica de la fundación de Tenonchtitlan. Los caracoles, al igual que los chalchihuites, forman parte del signo compuesto del agua en el sistema de escritura pictórica del centro de México, y se asocian con el águila que se posa sobre el nopal en varios códices del periodo virreinal temprano. Las ramas de encino y laurel son símbolos proporcionados por la cultura española del siglo XVIII, retomados a su vez de la larga tradición grecorromana.