En las últimas semanas en distintos puntos de la República Mexicana se han presentado casos de la enfermedad conocida como “manos, pies, boca”, un tipo de padecimiento provocado por el virus Coxsackie, altamente contagioso principalmente en la temporada de calor.
Los casos se han detectado, principalmente en escuelas, pues es un virus que ataca principalmente a niños menores de 10 años de edad, aunque ocasionalmente puede ocurrir en adultos jóvenes.
Esta enfermedad viral se caracteriza por la presencia de puntos rojos y presenta síntomas similares a los de herpangina, además de que se trata de un padecimiento altamente contagioso.
El Coxsackie se contagia a través del contacto directo con secreciones de la nariz y garganta, ampollas y heces de personas infectadas. Los síntomas son: fiebre, inapetencia, rinorrea y dolor de garganta pueden aparecer entre tres y cinco días después de la exposición.
Además comienza a aparecer una erupción similar a ampollas, generalmente en las manos, los pies y la boca entre uno y dos días después de los síntomas iniciales.
La persona que adquiere el virus se convierte en agente contagioso al aparecer los síntomas iniciales y puede continuar contagiando la enfermedad hasta que las lesiones ampollosas de la piel desaparezcan. Se sabe que el virus se sigue eliminando en la materia fecal durante varias semanas.
¿Y cuál es el tratamiento?
Actualmente no existe un tratamiento específico. Pero es importante controlar la fiebre y mantener una buena hidratación oral, además de lavarse las manos como la mejor manera de protegerse.
De acuerdo con la organización Kids Health, en ocasiones puede provocar infecciones más graves que quizá requieran tratamiento en un hospital, incluyendo las siguientes:
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meningitis viral, una infección de las meninges (las tres membranas que recubren el cerebro y la médula espinal)
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encefalitis, una infección del cerebro
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miocarditis, una infección del músculo cardíaco
En general, la enfermedad puede parecer muy alarmante, pero suele no haber complicaciones. La mayoría de los niños con una infección simple por el virus Coxsackie se recuperan por completo al cabo de unos días sin necesidad de ningún tratamiento.