Las mejores frases de Juan Rulfo

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La guerra cristera trajo muchas desgracias para la región occidente del país, pero para Juan Rulfo fue una bendición ya que, el cura del pueblo, colocó la biblioteca del pueblo en la sala de su casa, acercándolo a los grandes de la literatura.

Juan Rulfo es uno de los mejores escritores que ha dado la literatura latinoamericana. Su capacidad para narrar fue envidiada por grandes novelistas como Gabriel García Márquez.

Nacido en Sayula, Jalisco el 16 de mayo de 1917, celebramos su centenario escribiendo algunas de las frases más famosas e importantes que plasmó principalmente en sus dos obras maestras: “Pedro Páramo” y “El llano en llamas”.

“Te voy a dar un consejo antes que nada: no te enamores nunca, porque duele; duele aquí donde la gente dice que tenemos el corazón”

“Sé que, a veces, cuando me examino el alma, la siento un poco quebrada”

“No se puede contra lo que no se puede”

“¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido“

“Hay pueblos que saben a desdicha. Se les conoce con sorber un poco de su aire viejo y entumido, pobre y flaco como todo lo viejo”

“Pero ¿por qué las mujeres siempre tienen una duda? ¿Reciben avisos del cielo o qué?”

“¿Qué haré ahora con mis labios sin su boca para llenarlos? ¿Qué haré de mis adoloridos labios?“

“La imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde se cierra el círculo; hay una puerta, puede haber una puerta de escape, y por esa puerta hay que desembocar, hay que irse”

“La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de tristezas“

No tenía ganas de nada. Sólo de vivir”

“En el cielo me dijeron que se habían equivocado conmigo. Que me habían dado un corazón de madre, pero un seno de una cualquiera

“Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer”

“Hacía tantos años que no alzaba la cara, que me olvidé del cielo”

“… ella no se imaginaba a la muerte sino de un modo tranquilo: tal como un río que va creciendo paso a paso, y va empujando las aguas viejas y las cubre lentamente; más sin precipitarse como lo haría un arroyo nuevo. . (La vida no es muy seria en sus cosas)”

“Sólo las lagartijas buscan la misma covacha hasta cuando mueren. Dí que te fue bien y que conociste mujer y que tuviste hijos, otros ni siquiera han tenido eso en su vida, han pasado como las aguas de los ríos, sin comerse ni beberse”.

Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace“.

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