Lo que como nutre mi sistema inmune. Aprende en Casa II Primaria

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En la clase de Salud e Higiene de quinto de primaria, se verá el tema: “Lo que como nutre mi sistema inmune”, con el cual aprenderás a diseñar menús para incrementar en tu refrigerio escolar el consumo de agua simple potable, frutas, verduras, cereales enteros e integrales, leguminosas y pescado, con base en una guía alimenticia. 

A continuación te presentamos información y algunas actividades que te ayudarán a establecer una relación entre los sistemas digestivo, circulatorio y músculo-esquelético. 

Información importante:

¿Sabes qué es el sistema digestivo? 

El sistema digestivo se encarga de separar las toxinas y los nutrientes de los alimentos para que sean absorbidos o desechados de nuestro cuerpo. 

El sistema digestivo, está conformado como piezas de rompecabezas que hacen un todo. Está formado por la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso y una serie de órganos glandulares: el hígado, el páncreas, las glándulas salivales y la vesícula biliar.

Sistema Circulatorio

Continuamos con sistema circulatorio, el cual está conformado por tus venas. Te invitamos a mirar sus venas, mira su color, su tamaño. Las venas, ese cable que transporta la sangre. ¡Ah el sistema circulatorio! 

El sistema circulatorio es como una red que se encarga de bombear, transportar y distribuir la sangre por todo nuestro cuerpo ¡Es como si tuviera una autopista dentro de ti! 

Transporta la sangre oxigenada desde los pulmones hacia el corazón y del corazón a todos los territorios del cuerpo por medio de las arterias. Facilita el intercambio gaseoso a través de los capilares y transporta la sangre desde los tejidos, tras el intercambio gaseoso con la ayuda de las venas hacia el corazón, desde donde es enviada de nuevo a los pulmones para su oxigenación.

Los músculos

Ahora vamos a ver los músculos. Pero esta vez la exploraremos con un video. Vayamos a verlo y a realizar la actividad física que nos propone. 

Actividad 1. 

Observa y realiza los ejercicios en casa:

 

Nada más divertido que mover nuestro cuerpo, realizar actividades físicas, deportivas, lo que sea para que nuestro cuerpo se mantenga en las mejores condiciones. 

¿Te acuerdas de alguna persona a quien le doliera la panza? Bueno pues ese dolor tenía que ver con su alimentación. Recuerda que las proteínas ayudan a nuestro cuerpo para la formación y reparación de nuestros músculos, huesos u otros tejidos. Otras funcionan como transportadoras de nutrientes a otras partes de nuestro cuerpo. 

Además de ayudar a la formación de anticuerpos que luchan contra factores externos e impiden enfermarnos.

Las vitaminas ayudan al funcionamiento celular y el crecimiento de nuestro organismo. Si no comemos lo que nuestro cuerpo necesita podemos enfermarnos. 

Y no olvidemos los minerales que son sustancias que se encuentran presentes en diversos alimentos y ayudan a que nuestro cuerpo realice diversas funciones vitales, como la formación de huesos o la producción de hormonas. Así que a comer.

A continuación te compartimos las propiedades de algunos alimentos: 

Avena: Al ser un cereal rico en fibra favorece el tránsito intestinal. Rica en vitaminas y minerales como hierro y magnesia.

 

Piña: Contiene Bromelina, una enzima anti inflamatoria que ayuda al proceso digestivo.

 

Papaya: Contiene una enzima llamada Papaína, que estimula el metabolismo de las proteínas.

 

Miel: Tiene propiedades antimicrobianas y antisépticas, útil para evitar infecciones de todo el tracto digestivo.

 

Manzana: Contiene fibra que favorece la digestión y que contribuye a regular el tránsito intestinal.

 

Naranja: Fortalece las paredes capilares y reduce el colesterol malo en la sangre.

 

Pepitas: Estas semillas provenientes de la calabaza protege los tejidos del cuerpo y disminuye el espesor de la sangre, lo que puede ayudar a prevenir los coágulos.

 

Jitomate: Contiene antioxidantes que estimulan la circulación sanguínea y previene problemas cardiacos.

 

Limón: Debido a su alto contenido de vitamina C, dificulta la acumulación de grasa en las arterias.

 

Nueces: Debido a su alto nivel de vitamina B reduce la inflamación del sistema circulatorio.

 

Legumbres: frijoles, garbanzos y lentejas: Incorporan proteínas vegetales para cuidar los músculos.

 

 

Huevo: Aporta proteínas de buena calidad para los músculos.

 

Leche: Contiene compuestos activos, como el ácido butírico y la grasa láctea que protege los músculos. Al igual que el calcio que contiene protege nuestros huesos.

Espinacas: Excelente fuente de calcio, además de fibra, hierro y vitamina A.

 

Atún, sardina y salmón: Ricas en vitamina D y calcio que ayudan a fortalecer el sistema esquelético.

 

Muy bien, ha sido muy divertido organizar los alimentos que nos ayudan a fortalecernos, seguro tienes más ideas y opciones, porque no todas ni todos vivimos en la misma localidad, así que enriquece tu cuadro.

¿Cómo está conformado el Sistema Inmunológico?

El sistema inmunológico (inmunitario o inmune) está conformado por un complejo conjunto de células, órganos y tejidos del cuerpo humano que trabajan intrincadamente para protegernos de enfermedades.

Es el sistema de defensa natural del cuerpo ante la invasión de gérmenes, microbios o agentes externos que pueden ser potencialmente peligrosos para la salud.

Cualquier mal funcionamiento de esta red puede afectar su función de defensa y es lo que causa las enfermedades. La mayoría de las causas de este funcionamiento deficiente, se originan en nosotros mismos y en la forma en la que “mal tratamos” a nuestro cuerpo. 

¿Qué puede dañar el Sistema Inmunológico?

Productos refinados

El proceso que sufre la caña de azúcar para convertirla en un polvo totalmente blanco o la refinación de otros alimentos como el arroz, la harina de trigo o maíz, hace que pierdan gran parte de la fibra que contienen y por ende, sus propiedades nutritivas.

Esto quiere decir que estamos comiendo, pero en realidad no nos estamos alimentando. A largo plazo, el consumo de este tipo de alimentos va afectando nuestro sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a enfermedades crónicas y autoinmunes.

Estrés

El estrés el mal moderno de los habitantes de las grandes ciudades. Se habla alegremente del estrés, pero en realidad es el origen y principal culpable de la mayoría de las enfermedades actuales.

La velocidad a la que nos obliga vivir el mundo de hoy a veces no logra ser bien manejada por todos; esto deriva en un estrés crónico (por tiempos prolongados) y podemos llegar al punto de necesitar ese permanente vértigo para enfrentar el día a día.

Sedentarismo

La falta de actividad física regular y constante es dañina en todo sentido para el organismo. El sedentarismo literalmente hace dormir al sistema inmunológico.

Hacer deporte o algún tipo de ejercicio físico, lo activa para combatir infecciones virales o bacterianas y disminuye la probabilidad de sufrir enfermedades crónicas como osteoporosis, artritis o cardiopatías.

Consumo de alcohol

Está científicamente comprobado el beneficio que puede aportar a la salud cardiovascular el consumo de un vaso de vino diario, pero el exceso en el consumo de bebidas alcohólicas puede echar por la borda todo lo beneficioso de su consumo moderado.

Además, no todas las bebidas alcohólicas tienen los beneficios del vino. Muchas tienen un altísimo grado de alcohol que no logra ser metabolizado por el organismo, deprimiendo la capacidad del sistema inmune.

Consumo de tabaco

Si el consumo controlado de algunas bebidas alcohólicas puede ser aceptado, en el caso del tabaco no hay ningún límite permitido.

El cigarrillo común tiene más de 250 sustancias altamente nocivas para la salud, entre las que se encuentran algunas consideradas directamente venenosas como el amoníaco, el arsénico, la nicotina y el tolueno.

Aditivos químicos

En el afán de fabricar alimentos cada vez más vistosos y no perecederos, la industria alimenticia está creando comidas que se parecen más al plástico que a un alimento real.

Colorantes y saborizantes artificiales están contenidos en todos los alimentos envasados, deshidratados y enlatados, así como en las bebidas gaseosas, polvos para diluir y jugos envasados.

Deficiencia de vitamina D

La vitamina D juega un rol protagónico en muchos procesos que minimizan la toxicidad de muchos agentes externos. Existe mucha evidencia científica de que un nivel deficiente de esta vitamina en el cuerpo humano puede derivar en enfermedades que van desde el resfriado común hasta ciertos tipos de cáncer.

Falta de sueño

La falta de un sueño completo y reparador por períodos prolongados afecta el buen funcionamiento de todo el organismo.

Si bien no se conoce exactamente la incidencia de un buen sueño en el buen funcionamiento del sistema inmunológico, sí existen evidencias de que las personas adultas con menos de 6 horas de sueño en promedio son más propensas a enfermarse.

Medicamentos

La sobremedicación o el uso prolongado de ciertas drogas, también puede dañar el sistema inmune, ya que suelen mejorar los síntomas de las enfermedades para las que fueron recetadas, pero afectan de manera silenciosa otros órganos, provocando inflamaciones, infecciones y enfermedades crónicas.

Enfermedades autoinmunes

Es la única razón que daña al sistema, que no es controlable por el ser humano ni causada por sus hábitos. Si bien el sistema inmunológico está diseñado para combatir las enfermedades, algunas veces puede fallar y convertirse en todo lo contrario, es decir, en el productor de una enfermedad que obviamente no puede combatir.

El sistema se descontrola y no es capaz de diferenciar las células propias de las ajenas, así que lucha desorientado, afectando a todas las células por igual.

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