Ante las recientes erupciones de ceniza, gas y magma del volcán Popocatépetl, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) ha tomado la decisión de cambiar el semáforo de alerta de Amarillo fase 2 a Amarillo fase 3.
Los expertos pronostican que la actividad volcánica se espera que continúe en los próximos meses.
Aunque la Ciudad de México (CDMX) no se encuentra en peligro directo debido a su lejanía del volcán, los habitantes de la zona conurbada deben tomar medidas de precaución.
Esto con el objetivo de salvaguardar su salud ante la posible caída de ceniza en las próximas semanas.
La ceniza volcánica es un material abrasivo compuesto por silicatos que contiene varios elementos como potasio, sodio, calcio, hierro y magnesio, entre otros minerales.
Puede causar irritación en la piel, los ojos y el sistema respiratorio.
Es importante destacar que la composición de la ceniza puede variar, siendo algunos materiales más finos y otros más gruesos.
Los materiales más finos pueden causar daño en los ojos y las vías respiratorias, llegando incluso a los pulmones y otros órganos.
Carlos Valdés González, especialista del Instituto de Geofísica, explica que la ceniza no debe ser comparada con el polvo generado al quemar un papel, sino con la roca pulverizada que resultaría al golpear una piedra con un martillo.
Además de la ceniza, el volcán también emite gases, y en ocasiones se forman pequeñas vesículas en la ceniza donde se acumula gas.
Cuando la ceniza cae en recipientes con agua, el gas se disuelve en el líquido.
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Algunos de estos elementos, como el flúor, en cantidades bajas no son dañinos, pero es importante protegerse de cantidades más altas.
Los expertos universitarios enfatizan que una de las principales medidas de prevención es el uso de cubrebocas para evitar respirar la ceniza.
Es fundamental seguir las indicaciones de las autoridades en relación con la dirección del viento.
También se recomienda utilizar mascarillas para recoger la ceniza y evitar, en la medida de lo posible, rociar agua sobre el material volcánico, ya que podría formar una masa que obstruya los drenajes.
Otro aspecto relevante es la limpieza de la ceniza de los techos y tejados, ya que su peso puede provocar su colapso.
En días de posible caída de ceniza, se aconseja utilizar sombrero y gafas al salir a la calle, evitar frotarse los ojos y asegurarse de tapar contenedores de agua, puertas y ventanas. Los adultos mayores y los niños son los más vulnerables, por lo que se les recomienda no salir al exterior.
Carlos Valdés también advierte sobre no utilizar los limpiaparabrisas de los automóviles ni activarlos.
El agua mezclada con la ceniza puede crear una pasta que dificulte aún más la visibilidad. Además, la ceniza puede acumularse en los filtros de aire utilizados para la combustión, lo que puede dañar otras partes del automóvil, como las ruedas o el sistema de frenado, si no se limpia.
