En 1929 el gobierno italiano encargó a la casa fundidora Marinelli una versión del David de Michelangelo como obsequio para Uruguay. A partir del mármol de la Academia de Florencia, se obtuvo un molde en yeso para el vaciado en bronce. El mismo yeso, que era posible manipular y fragmentar sin dañar el original, fue empleado en 2018 por la Galería Pietro Bazzanti para obtener, con el uso de un pantógrafo manual, medidas tan precisas que permitieran su réplica exacta ahora en mármol.

Realizada bajo las debidas autorizaciones del gobierno italiano, la versión en escala 1:1 de Museo Soumaya pesa 5 572 kilogramos y mide 5.17 metros. Se replicó también la base en mármol de la escultura en la Academia de Florencia, con lo que el conjunto alcanza una altura total de 6.97 metros.

Inicialmente el David fue encargado como parte de un proyecto de 12 esculturas inspiradas en el Antiguo Testamento para los contrafuertes de la Catedral de Santa María del Fiore. A mediados del siglo xv el bloque de mármol fue trabajado por los escultores Agostino di Duccio y Antonio Rossellino quienes, dada la fragilidad del material y con el temor de fracturarlo, abandonaron el encargo. En 1501 un comité integrado por destacados artistas solicitó oficialmente la obra a Michelangelo. Debido a las condiciones del mármol, que ya había sido desbastado, el maestro realizó un nuevo diseño que se adaptó a las dimensiones del bloque.

Aislado y con gran detenimiento para no fisurar más la piedra, el autor comenzó a esculpir el David en septiembre de 1501 y concluyó en mayo de 1504. La obra partió de un cuidadoso estudio anatómico que permitió plasmar, con formas poderosas y al mismo tiempo armoniosas, al héroe bíblico.

La escultura fue presentada el 8 de septiembre de 1504 en la Piazza della Signoria frente al Palazzo Vecchio; resultó tan imponente que pronto se convirtió en símbolo del ímpetu y la soberanía de la ciudad de Florencia. El David se colocó con el rostro vuelto hacia Roma. La decisión provocó controversias debido a que la mirada estaba dirigida hacia el Vaticano, puesto que el papa Alejandro VI había dado asilo político a los Medici, tras su salida de Florencia. Por su parte, el David en Museo Soumaya mira hacia el Pacífico, océano que hermanó al mundo.

El compromiso de Fundación Carlos Slim ha sido compartir arte que difícilmente pueda apreciarse en México. Así, estas obras permiten a los visitantes, familias, jóvenes artistas y estudiantes, valorar la estética de esculturas que marcaron la historia del arte universal.

Para que todos los públicos puedan disfrutar de La Piedad y el David, el horario de la sede de Museo Soumaya en Plaza Carso se amplía de 10 a 19 h