La jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, informó que el próximo domingo 24 de abril será retirada la palma que se encuentra en la glorieta del mismo nombre, sobre Paseo de la Reforma.
En conferencia de prensa, la funcionaria capitalina, declaró que: “Es una decisión que tomaron los expertos, eso es muy importante, estamos trabajando en las plagas del arbolado urbano desde que llegamos al gobierno de la ciudad. Los expertos dicen que hay unos ejemplares que se pueden salvar y en otros casos no hay manera de salvarlos”, dijo.
Será un momento emotivo el retiró de la palma, pues se estima que lleva más de 100 años en ese lugar, desde donde ha visto la transformación de esa parte de la ciudad.
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La primera foto en la que aparece este punto del paseo de la Reforma data de 1920.
En dicha imagen, la planta aparece muy pequeña, lo que ha hecho a algunos investigadores deducir que fue sembrada a finales del siglo XIX, de cuando datan los proyectos que pretendían embellecer el Paseo de la Reforma.
Posterior al anuncio, Sheinbaum Pardo indicó que a partir del lunes 25 de abril se abrirá una consulta vía internet, en la cual la ciudadanía podrá elegir el nuevo ejemplar que estará en la icónica Glorieta de la Palma.
Agregando que se consultará si en el lugar se plantará una jacaranda, ceiba, fresno, ahuehuete, grevilia o alguna otra especie; así como un tentativo nuevo nombre para la glorieta.
Jacaranda podría sustituir a la palma de reforma
La jacaranda es un árbol subtropical oriundo de Sudamérica y ampliamente cultivado por sus vistosas y duraderas flores violetas.
El árbol adulto alcanza una altura de 12 a 15 metros, hasta 20 metros en condiciones favorables.
En su especie Jacaranda mimosifolia es caducifolio en clima templado al llegar la primavera, como otras especies tropicales.
Florece dos veces por año, en primavera (abril) y otoño (fin de agosto), produciendo inflorescencias racimosas de flores de color azul violáceo y forma tubular en algunas especies, como la famosa Jacaranda mimosifolia, pero varía su color, hacia el rosado en algunas, y al blanco en unas pocas.
Por su aspecto, las jacarandas son interesantes en jardinería.
La jacaranda más típica es la Jacaranda mimosifolia, árbol caducifolio con frondosa copa que se cultiva ornamentalmente en plazas, parques y jardines del mundo entero en climas cálidos o templados.
Las jacarandas no son un árbol mexicano
Aunque por muchos lugares en la Ciudad de México se pueden ver jacarandas estas no son originarias de nuestro país.
La especie fue introducida a México por un Tatsugoro Matsumoto, un jardinero japonés que trajo la especie desde Brasil.
En un viaje hacia Perú, Matsumoto hizo escala en nuestro país en 1892, pero le sorprendió la manera tan especial en que se cuidaban las flores y plantas en México.
Luego de su travesía por Sudamérica, el jardinero japonés recibió la invitación del minero mexicano José Landero, para que trabajará en su hacienda en Hidalgo.
Porfirio Díaz le encargó hacer arreglos en el Castillo de Chapultepec
El trabajo de Matsumoto fue ganando fama y comenzaron a buscarlo para diseñar jardines para las casas de la gente adinerada de la época.
Fama que también llamó la atención del entonces presidente, Porfirio Díaz, quien le encargó los arreglos florales del Castillo de Chapultepec y el bosque que lo rodeaba.
De la misma manera, Díaz le comisionó la creación de un jardín para una exposición de productos japoneses en el Palacio de Cristal, hoy conocido como el Museo del Chopo.
Otro presidente le encargó cerezos a Matsumoto y trajó las jacarandas
Siendo presidente de México, Pascual Ortiz Rubio, entre 1930 y 1932, le pidió a Tatsugoro Matsumoto que sembrase cerezos en la Ciudad de México para imitar los espectaculares florecimientos de estos árboles en la capital de Estados Unidos.
Siendo un experto y conocedor de la botánica, Matsumoto señaló que los cerezos no iban a sobrevivir al clima de la capital mexicana.
Pero propuso una especie que había conocido en Brasil y que incluso ya había cultivado con éxito en su casa de Morelos, las jacarandas.
A partir de entonces, muchas calles de la capital se pintan de color lila durante la primavera.
Ceiba es otra opción para sustituir la palma
Con brazos de más de 20 metros de largo y sus poderosas raíces clavadas en lo más profundo de la tierra, la ceiba es considerado un árbol sagrado y el originario de leyendas, mitos, historias y/o creencias.
La leyenda señala que Dios, después de la creación, observó que nadie cuidaba de los organismos que él había creado, por lo que tomó la decisión de hacer al “Chaneque o Rey de la Tierra” con la finalidad de que fuera el encargado de proteger a la tierra, el agua, las plantas y animales.
Se dice que el Chaneque vive en el Talogan, en el mundo subterráneo, ese paraíso donde la naturaleza es pródiga.
Es ahí en donde disfruta de la abundancia y el bienestar junto con otros seres sobrenaturales.
Su mundo se comunica con la tierra a través de la ceiba, ese gran árbol que habita en las selvas y es a través de sus huecos que pasa del mundo mítico al mundo terrenal.
El Popol Vuh y otras leyendas hablan del origen casi sagrado de la Ceiba
Para los mayas, la ceiba era y sigue siendo un árbol divino, por lo que lo consideran “el árbol de la vida”. En donde sus ramas forman el cielo, el tronco el plano terrenal y sus raíces tejen el inframundo, conectando así, los tres niveles cosmogónicos.
Una leyenda del Popol Vuh, relata que los dioses creadores sembraron en los cuatro rumbos del cosmos sus respectivas ceibas sagradas, al Este, la ceiba roja; al Oeste, la ceiba negra; al Sur, la ceiba amarilla; y al Norte, la ceiba blanca.
Finalmente, sembraron una quinta al centro de todos estos rumbos.
Siendo en las raíces en donde ubicaron la morada de los muertos, en su base la tierra que habitamos los seres vivos y en sus ramas establecieron la morada de los dioses.
Mientras que en la cima de su copa habitaba el origen de todos los dioses en la forma de un ave, el Quetzal celestial.
En la leyenda maya de la Xtabay, leyenda de tierras yucatecas, se dice que un espectro fantasmal se esconde en la ceiba. Por las noches seduce a los hombres alcoholizados con su impresionante belleza y larga cabellera con el fin de arrebatarles su vida.
Hay lugares en donde la sombra de la ceiba es considerada un espacio ritual, en donde se depositan ofrendas y a la sombra que ésta crea, se le ofrece respeto.
Uno de los árboles de ceiba más famosos de la actualidad, se encuentra en el poblado de Solferino cerca de la Isla de Holbox en Quintana Roo.
Se le conoce como el árbol milenario; el cual se cree tiene más de 700 años y se dice que quien lo abrace dejará de sentir todos sus males.
La ceiba con su generosa copa, sus diversos pisos de ramas y hojas, sus flores de atractivos pétalos que despiden un peculiar perfume. Es el árbol que significa vida, perpetuidad, grandeza, bondad, fuerza y unión.
Glorieta de la Palma podría ser la Glorieta del Ahuehuete
Por su longevidad los ahuehuetes son testigos vivos de la Historia de México que han visto pasar bajo su sombra los acontecimientos de nuestro país.
El ahuehuete, sabino o ciprés mexicano, es una conífera de grandes dimensiones que pertenece a la familia de las gigantes secuoyas americanas.
De vida longeva, estos árboles se desarrollan en lugares con abundancia de agua, mantos freáticos superficiales, nacimientos de agua o las veras de los ríos.
De ahí su nombre, que en náhuatl (ahuehuetl) significa “viejo del agua”.
Los ahuehuetes son típicos de México, aunque también se les encuentra en algunas zonas del sur de Texas y norte de Guatemala.
Para los aztecas el ahuehuete era un árbol sagrado y ceremonial relacionado con el agua.
Ahuehuetes emblemáticos de nuestro país
De acuerdo con Beatriz Torres Beristain, investigadora de la Universidad Veracruzana, en el Bosque de Chapultepec, existió un ahuehuete de 12.5 metros de circunferencia, con 40 metros de altura.
Se le llamaba “El Sargento” o “El Centinela”. Estaba ubicado entre la Fuente de la Templanza y la Tribuna Monumental dedicada al Escuadrón 201.
Vivió aproximadamente 500 años, desde tiempos prehispánicos. Desgraciadamente, en 1969 se secó por la contaminación y la falta de agua.
El “Árbol de la noche triste” es el ahuehuete donde se dice que Cortés lloró su derrota el 10 de julio de 1520. Se encuentra en la calzada México-Tacuba, en la colonia Popotla. Un descendiente suyo vive en Dolores Hidalgo, Guanajuato.
Otro célebre ejemplar es el sabino gordo de la Hacienda de Espíritu Santo en General Terán, Nuevo León, con una edad aproximada de mil años.
Uno más se encuentra en el Santuario de Chalma, en el municipio de Ocuilán de Artega, Estado de México. Para muchos es un árbol sagrado, a sus pies nace un arroyo, a cuyas aguas se les atribuye cualidades curativas.
“El árbol del Tule”, que se encuentra en Santa María del Tule, Oaxaca, es de los árboles más longevos del mundo, pues cuenta con más de 2 mil años. Con un monumental diámetro de 40 metros, es el más ancho de su especie.
En el actual municipio de San Salvador Atenco, Estado de México, se plantaron en tiempos prehispánicos cerca de 2 mil ahuehuetes que adornaban uno de los jardines de Nezahualcóyotl. El espacio que los alberga fue declarado Parque Nacional “El Contador” por Lázaro Cárdenas, en tierras ejidales de dicho pueblo. Sin embargo, en la actualidad, al parecer, no quedan especímenes en las delimitaciones del parque.
Fresno también es una opción para sustituir la palma
El fresno pertenece a la familia de las oleáceas que contienen entre 45 y 65 especies diferentes. Puede llegar a alcanzar hasta los 20 metros de altura formando un majestuoso árbol que puede llegar a vivir hasta 100 años.
El fresno es un árbol que se adapta a cualquier ambiente y tipo de suelo.
Se distribuye por las riberas de los ríos y zonas húmedas, pero también puede verse en las montañas.
Y es que este árbol aguanta muy bien el frío invierno.
Tiene su origen en Europa y el Norte de África, sin embargo, su presencia se extiende por todo el planeta.
Grevilia, también podría ocupar el espacio de la palma
Nativo de las costas del este de Australia, el árbol grevilia puede medir entre 18 a 35 metros de altura.
Fue introducida en América Latina a finales del siglo XIX. Se trata de un árbol de fácil adaptación y rápido crecimiento.