Las zonas de menor riesgo sísmico en CDMX

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Un análisis de un portal inmobiliario destaca que las delegaciones Magdalena Contreras, Álvaro Obregón, Cuajimalpa, la mayor parte de Milpa Alta y Tlalpan, así como ciertas partes de Miguel Hidalgo, Coyoacán y Xochimilco en la Ciudad de México, son las zonas con el menor riesgo sísmico.

En la Ciudad de México existen tres tipos de suelo en cuanto a sismos se refiere: blando, de transición y firme.

En cada uno, los temblores se sienten con diferente intensidad y el movimiento de las construcciones es diferente, de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

En el suelo blando, por ejemplo, se percibe un mayor movimiento y los edificios suelen balancearse fuertemente debido a la amplificación de las ondas. En contraste, en el suelo firme la percepción del sismo es menor y las construcciones se mantienen más estables.

José Antonio López, vocal de la Mesa Directiva de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica (SMIS), señaló que el peligro por terremotos en la Ciudad de México es muy fluctuante.

“Podemos tener una calle con construcciones sin riesgo y con un suelo aceptable, es decir, con buena resistencia y buen comportamiento ante sismos, y a la calle siguiente, encontrar lo opuesto”, comentó el experto.

Protección Civil elaboró un mapa geológico en el que se destaca, por ejemplo, que las delegaciones Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa se asentaron sobre el volcán San Miguel. En estas delegaciones el suelo está conformado por derrames de lava.

En estas zonas, cercanas a los cerros o formadas por roca volcánica, baja la vulnerabilidad ante un sismo, destacó López.

Otras delegaciones, como Tlalpan, Milpa Alta y Xochimilco se encuentran sobre conos de escoria (lava porosa) y derrames de lava basálticos que forman parte de la Sierra de Chichinautzin.

El vocal de la Mesa Directiva de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica destacó “los diferentes componentes de una onda sísmica se amplifican o atenúan dependiendo del tipo de suelo que se encuentren en su camino”.

Prosiguió: “En la Ciudad de México, la zona que fue de lago, amplifica la onda sísmica, caso contrario a la zona de lomas, o suelo rocoso, donde la energía del sismo se atenúa y reduce de manera importante”.

Algunas colonias dentro de las zonas de menor intensidad son Ajusco, Ciudad Universitaria y Pedregal de San Francisco en Coyoacán. Lomas de Chapultepec y las secciones I, II y II de Polanco en Miguel Hidalgo.

Otras zonas con menor riesgo sísmico son: el pueblo San Mateo Xalpa, La Cañada, el Pueblo de Santiago Tepalcatlalpan en Xochimilco, así como El Cuernito, Paraíso y La Estrella en Álvaro Obregón. Además de las colonias que conforman a las delegaciones Magdalena Contreras, Cuajimalpa y Milpa Alta.

A pesar de que algunas regiones sean más seguras que otras, no significa que estén exentas de riesgo o que los temblores no se sientan en absoluto, aclaró Víctor Espíndola, jefe de Análisis e Interpretación de Datos Sísmicos del Servicio Sismológico Nacional.

Aunque la zona sur es mucho más firme, puede verse afectada por sismos más profundos, reconoció el especialista.

El experto destacó que son más comunes y más fuertes los sismos que provienen de las costas del Pacífico.

La explotación de los mantos acuíferos ha ocasionado que las propiedades del suelo varíen y, por lo tanto, su comportamiento en un sismo. Por ejemplo, partes de la Ciudad de México que tuvieron un buen comportamiento durante el sismo de 1985 podrían tener problemas en otro, advirtió López.

Las zonas de la Ciudad de México donde se encuentran los depósitos aluviales (donde se encontraban los lagos) son las que presentan un mayor movimiento sísmico, como las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztapalapa, Iztacalco y Tláhuac.

El directivo de la SMIS señaló que sobre todo, la zona del Centro Histórico, las colonias Roma Norte, Narvarte, Juárez, Doctores, Tabacalera y Tlatelolco tuvieron un mal comportamiento en los sismos de 1985.

Apuntó que la zona de Santa Fe es un caso particular. “No se debe olvidar que en el pasado fue un relleno sanitario, por lo que las ondas sísmicas podrían amplificarse y generar daños no contemplados”, dijo López.

VER: El último hallazgo sobre la Brecha de Guerrero y el próximo terremoto

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