Los discursos de los candidatos a la Presidencia de la República están vacíos en cuanto a propuestas educativas; no cuentan con formulaciones acabadas y tienen en común sus pobres planteamientos, consideraron expertos en la UNAM.
Imanol Ordorika, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) y titular de la Dirección General de Evaluación Institucional; Armando Alcántara, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), y Angélica Buendía Espinosa, de la Universidad Autónoma Metropolitana, coincidieron en que el énfasis está puesto en lo que los tres principales aspirantes consideran que la mayoría de los votantes desean escuchar: definiciones, acercamientos y algunas propuestas aisladas en diferentes temas, pero nada en concreto.
Al participar en la mesa redonda “De las promesas a lo factible. Plataformas educativas en el proceso electoral 2018”, organizada por el IISUE, Ordorika señaló que hace seis años los programas en la materia de los entonces candidatos eran iguales a los actuales, basados en los acuerdos del congreso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Sin embargo, además “ahora tenemos un planteamiento educativo vago, general y superficial. Las plataformas, prácticamente en todos los temas, son inútiles; el elemento en común es que se trata de formulaciones pobres, sin centralidad ni relevancia”. Los enunciados sobre educación carecen de conocimiento, es como una especie de ocurrencias, remarcó.
En opinión de Armando Alcántara no es sorprendente que no haya propuestas acabadas, “porque de lo que se trata en las campañas políticas es de impactar con puntos específicos, tomar posiciones, pero sin detallar”.
En los discursos de los aspirantes siguen presentes los lugares comunes. “Por un lado dicen que la educación es el motor de progreso de cualquier sociedad, pero no dejan de reconocer los rezagos y que éstos serán vencidos con mayor desarrollo educativo”, pero no se menciona el asunto de los recursos, es decir, cómo se logrará el financiamiento para lograrlo, por ejemplo.
El universitario indicó que en las campañas electorales “se prometen muchas cosas; debemos esperar a ver cuál es el resultado y qué podrá hacer en términos reales el próximo Presidente”.
En su oportunidad, Angélica Buendía expuso que las plataformas tienen una buena dosis de retórica y pobres proyectos educativos; algunos con marcada tendencia a la continuidad. Si bien las propuestas señalan la necesidad de pensar en los jóvenes como actores importantes en el desarrollo del país, lo demás es reiterativo.
“No veo indicios de un planteamiento que contemple lo que los especialistas esperaríamos; tampoco un rumbo para la educación. Sí hay un anclaje en un posible marco institucional, pero a partir de ahí los trazos se van desfigurando”.
En las propuestas están ausentes las estrategias y estructuras que se necesitarían para hablar, al menos teóricamente, de una política en la materia. También se carece de una relación entre la investigación educativa, diseño, implementación y evaluación de las políticas, finalizó la experta.