La Secretaría de Educación (SEDU) de la Ciudad de México puso en operación el Laboratorio MAEPI, un espacio donde los agentes educativos de los Centros de Atención y Cuidado Infantil (CACI) podrán probar y adquirir las habilidades para poner en práctica el Modelo de Atención Educativa a la Primera Infancia, una propuesta que cambia el paradigma respecto a cómo abordar el cuidado y atención de las niñas y niños entre 0 y 3 años de edad.
Con esta apertura se da continuidad a la implementación del MAEPI, en la que los agentes educativos de 20 Centros Comunitarios que forman parte de la etapa piloto, asistirán a las primeras sesiones, las cuales se llevarán a cabo durante los meses de mayo y junio; una vez que concluya la capacitación, se evaluarán los resultados y se harán ajustes en caso necesario para después socializarlo al resto de la comunidad educativa en la capital del país.
El Modelo de Atención Educativa a la Primera Infancia (MAEPI) busca orientar las prácticas de crianza y lograr el máximo desarrollo de niñas y niños en los ámbitos afectivo, cognoscitivo, físico, motor y social.
El Laboratorio MAEPI está distribuido por áreas para que los agentes educativos, niñas y niños, puedan llevar a cabo actividades para estimular habilidades de comunicación, artísticas y de razonamiento matemático, así como promover el aprendizaje a través del juego, según define el MAEPI. De igual forma, cuenta con materiales diseñados para estimular los sentidos y, a partir de la construcción de conceptos sensoriales, desarrollar destrezas.
El diseño de MAEPI inició en julio de 2016, cuando se convocó a un grupo de trabajo que contó con la participación de investigadores y expertos en pedagogía, docentes e integrantes de la sociedad civil, quienes se dedicaron a intercambiar y aportar sus conocimientos para desarrollar el Modelo y la metodología de aplicación.
El Modelo de Atención Educativa a la Primera Infancia ofrece a los agentes educativos en los Centros Comunitarios, consideraciones pedagógicas para fortalecer y organizar su práctica educativa, ya que los primeros años de vida constituyen un período crítico en el desarrollo integral de los infantes, pues contribuye al desarrollo de sus potencialidades, adquisición de autoconfianza y construcción de relaciones empáticas, disminución de las desigualdades sociales, además de establecer las bases de la autoestima, autoconcepto y el autocuidado, impactando de forma positiva en los procesos sociales, culturales y económicos de una ciudad.
