Teotihuacán es una de las ciudades más importantes de la antigüedad. Pero a pesar de su gran trascendencia, muy poco sabemos de su historia. Cientos de años han pasado y aún desconocemos quién la gobernó, qué idioma hablaban sus habitantes y, sobre todo, por qué fue abandonada.
En realidad, ni siquiera conocemos el nombre original de Teotihuacán, pues fueron los mexicas cuando en su peregrinar decidieron llamarla así.
Teotihuacán significa “lugar donde los hombres se convierten en dioses”. Cuando los aztecas llegaron a la ciudad, la encontraron en ruinas pero aun así les pareció tan maravillosa que asumieron que solo guiados por la manos dioses, los hombres podrían haberla construido.
Linda Manzanilla, arqueóloga del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, es una de las especialistas que más ha estudiado la forma de organización de los teotihuacanos.
Las investigaciones de Manzanilla plantean la hipótesis de que Teotihuacán era una ciudad excepcional en la antigüedad, y no solo por su majestuosa arquitectura, sino por su forma de gobierno.
La especialista de la UNAM propone que Teotihuacán tenía un cogobierno integrado por cuatro grandes jefes.
A diferencia de como ocurría con otras de sociedades contemporáneas, como la maya, que tenían un rey de total reconocimiento, en Teotihuacan no fue así.
Incluso, el la Ciudad de los Dioses no se han encontrado entierros de gobernantes ni monumentos funerarios que sugieran que esta urbe tenía un gran señor –un equivalente al tlatoani de los mexicas- al frente.
En Teotihuacan había un gobierno corporativo integrado por cuatro grupos; cada uno con presencia en los distintos cuadrantes en que se dividía la ciudad.
Esta hipótesis se sustenta en una pequeña pieza arqueológica que es conocida como la Vasija de las Colinas.
Sigvald Linné fue un destacado arqueólogo sueco que se especializó en el estudio de Mesoamérica.
En la década de los 30, durante el siglo pasado, Linné realizó varias exploraciones en México, particularmente en torno a la cultura teotihuacana.
En 1934, Linné exploró la zona de Calpulalpan, Tlaxcala. Entre los cientos de hallazgos realizados por el arqueólogo sueco, destaca una vasija con base convexa y fondo cóncavo; con cuerpo curvo y convergente y el borde en bisel. Mide de alto 7.3 centímetros y tiene un diámetro de 13.3 cm.
Dicha pieza, que presenta una decoración con sellos y pintura que muestran la procesión ritual de varios sacerdotes guerreros ricamente ataviados, es conocida como la Vasija de Las Colinas.
Linné no lo sabía cuando halló dicha vasija en Calpulalpan, pero esta pieza podría ayudar a revelar algunos de los más grandes misterios del México antiguo: la historia de Teotihuacán.
La Vasija de las Colinas, que se encuentra actualmente en exhibición en el Museo de Antropología, es la única representación gráfica de los cuatro gobernantes que tuvo Teotihuacan.
Cada uno de los grupos del gobierno teotihuacano estaba representado por un animal y tenía presencia en un cuadrante de la ciudad: Jaguares en el noreste, aves de rapiña en el noroeste, serpiente emplumada en el sureste, y coyotes, en el suroeste.
Manzanilla plantea la hipótesis de que la decadencia de Teotihuacán se debe a una ruptura en el equilibrio entre esos cuatro grupos de gobierno. Es decir, la caída de la ciudad de los dioses no se debió a una invasión o saqueos de otros grupos, sino a que no pudo mantener su gobierno corporativo.
La especialista de la UNAM plantea que el grupo de la serpiente emplumada habría reclamado el poder para ellos, y los otros tres grupos se resistieron.
Los argumentos que sustentan la hipótesis de la arqueóloga son un mural en el que el resto de los animales mitológicos (coyotes, aves, jaguares…) atacan a dos serpientes emplumadas; además de que el Templo de Quetzalcóatl fue desacralizado e incendiado y se construyó una nueva estructura sobre de sus restos. Esto habría ocurrido alrededor del año 300 d.C.
La Vasija de las Colinas se encuentra actualmente en exhibición en el Museo Nacional de Antropología; puedes visitarla en un horario de martes a domingo, de 9:00 a 19:00 horas. La entrada es gratuita.
Te compartimos un documental sobre Teotihuacán producido por Canal 22 y conducido por el escritor Juan Villoro.
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