Las mujeres mexicanas que ‘cazan’ dinosaurios

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Mary Anning (1799-1847) fue una de las pioneras en buscar fósiles, incluso cuando la paleontología aún no llevaba ese nombre.

A finales del siglo XVIII, la investigadora inglesa identificó el primer esqueleto de ictiosauro y halló varios fósiles importantes de peces, convirtiéndose a finales del en detonante de las mujeres paleontólogas, además de abrir pautas para el desarrollo de la disciplina.

Han pasado 220 años desde los hallazgos de Mary Anning, desde entonces hay una pléyade de mujeres que entregan su vida al estudio de los organismos petrificados, desde microscópicos hasta los grandes reptiles.

 

Felisa Aguilar Arellano, presidenta del Consejo de Paleontología del INAH, refiere que en el caso de México, el desarrollo de la disciplina se dio a finales del siglo XIX, pero desde entonces y hasta la primera mitad del siglo XX, no hay noticia de que las mujeres hayan participado en su desarrollo.

Fue hasta las décadas de 1950 y 1960 cuando México empieza a formar especialistas en paleontología. El papel de la mujer en este ámbito se vuelve importante, detalla Felisa Aguilar, al referir que una de las primeras escuelas fue la Sección de Paleontología Gerencia de Exploración de Petróleos Mexicanos (Pemex), creada por el Dr. Manuel Maldonado-Koerdell, quien invitó a Gloria Alencáster Ybarra (1927-2018), bióloga de formación, a participar.

Alencáster comenzó a dar clases y a formar nuevas generaciones de científicos, y en su momento integró al Departamento de Paleontología del Instituto de Geología de la UNAM a dos de sus alumnas: Alicia Silva Pineda y María del Carmen Perrilliat Montoya; la primera, para estudiar las impresiones de plantas recolectadas por los geólogos del IG; y la segunda, moluscos cretácicos.

Ellas pusieron los cimientos y abrieron caminos a más mujeres interesadas en la paleontología.

En la década de 1970 y 1980 la paleontología mexicana se independiza de la geología y comienzan a surgir proyectos de investigación específicos, con planteamientos para dar respuesta a preguntas propias. En este impulso cobran importancia más mujeres, como Blanca Estela Huitrón, estudiosa de los paleoambientes del Paleozoico.

Felisa Aguilar Arellano refiere que actualmente hay más de 100 paleontólogos mexicanos para todo el país. A partir de las participaciones en congresos y la conformación de la mesa directiva del Consejo de Paleontología, divisa una proporción en cuestiones de género de 50 a 50 para esta apasionante disciplina, que en el caso del trabajo femenino se agrega la minucia del detalle en la observación.

Hoy día, en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) laboran dos mil 796 mujeres: investigadoras (427), arquitectas (61), restauradoras (126), apoyo a confianza (216), una secretaria técnica, tres coordinadoras nacionales, 33 directoras de áreas, 86 subdirectoras de área, 162 jefas de departamento, 226 como enlace, 129 docentes y mil 326 como personal de base y eventuales.

 

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