La invasión Playmobil al Museo Nacional de las Culturas del Mundo

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El patio del Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM) se transformó en un escenario en donde se efectuó la inauguración sui generis de la exposición El mundo es un juego. Playmo culturas, ya que el antropólogo y curador Rodrigo Hernández, vestido como una figura de Playmobil, fue interrumpido cuando leía su discurso por un personaje que representaba el antiguo y milenario portón de la antigua Casa de Moneda, quien señaló que él era el más indicado para hablar de esa muestra que es diferente a las otras que se han presentado en el recinto, por estar conformada con juguetes.

Pero el portón también fue interrumpido por un fanático de las colecciones quien mostró sus pequeños juguetes con los que a través de la imaginación ha viajado por diversas partes del mundo, el joven destacó que sus muñecos son únicos y valiosos, al escuchar eso el portón se los pidió ya que él ha sido, durante siglos, el guardián de objetos valiosos, pero él no aceptó. Finalmente apareció en el escenario Erik Eloim Montiel, presidente de la Asociación Mexicana de Coleccionistas de Playmobil (Amexplay), quien destacó que los dioramas de la exhibición se hicieron con más de 500 figuras y con ayuda de especialistas del museo.

En la inauguración, que estuvo repleta de niños acompañados de sus familias, se contó con la presencia de José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y de Gloria Artís Mercadet, directora del MNCM, quienes hicieron el corte del listón.  

En El mundo es un juego. Playmo culturas un total de 14 dioramas elaborados con figuras de Playmobil entran en diálogo con piezas del acervo del museo, como una tablilla sumeria, un brazalete nórdico, un laúd árabe y esculturas egipcias, entre otros objetos.

La muestra, realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en colaboración con la Amexplay, se enmarca en el Festival de Culturas del Mundo: juegos y juguetes, organizado por el área de Servicios Educativos del recinto con motivo del Día del Niño.

El curador Rodrigo Hernández, adscrito a este museo, dijo que la exposición busca mostrar al juego como motor de la cultura y como fuente de aprendizaje. “Muchas especies de animales, como los reptiles y los peces, juegan. Sin embargo, los seres humanos son los únicos que crean objetos para  divertirse, que en algunos casos pasan a ser parte de la identidad de los pueblos”.

Precisó que el objetivo de la muestra es “jugar con las colecciones y con los espacios del museo, por lo que los dioramas se colocaron en diferentes espacios, por ejemplo, en la Sala de Mesopotamia, que exhibe una réplica de la Tablilla 11 de Gilgamesh, en la que los sumerios hacen referencia al diluvio universal, ahí se colocó un diorama con un arca. Asimismo, en la Sala de Grecia, al lado de los dioses del Olimpo, se presentan réplicas de juguete de estos personajes.

En la Sala del Pacífico se muestran 12 dioramas con distintos pasajes históricos, como Las Casas Nuevas de Moctezuma, La Casa de Moneda: entre corsarios y galeones, Egipto faraónico, Dioses egipcios, La Batalla de Gaugamela, La morada de los dioses, Diorama de la Segunda Guerra Médica, Pompeya: La vida en una villa romana, Asedio vikingo a París, La vida en la Edad Media, Inuksuk: memoria del pueblo Inuit y El tren y los nativos norteamericanos.

Los integrantes de Amexplay contaron con la colaboración de historiadores, antropólogos y arqueólogos para recrear los episodios históricos a partir de las piezas elegidas del acervo, tal es el caso de la llave original de la antigua Casa de Moneda de México.

“Los coleccionistas al saber que el museo fue la antigua Casa de Moneda propusieron recrear un galeón español atacado por piratas, sin embargo, expertos de la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH sugirieron que era mejor mostrar una de las naves de la Nao de China, que en su tornaviaje a Manila, Filipinas, llevaba regularmente un rico cargamento de monedas de plata, por lo que a veces era atacado por corsarios holandeses al salir del puerto de Acapulco.

La maqueta del navío y la llave se exhibirán junto a la reproducción a escala de un galeón español que forma parte del acervo del museo, y de un títere de Indonesia que da cuenta de la riqueza de objetos que llegaron a la Nueva España desde Manila.

El curador mencionó que los coleccionistas también eligieron la máscara de un faraón egipcio y recrearon algunas escenas de la vida cotidiana de estos soberanos desde su nacimiento hasta su muerte, los procesos de momificación y las pirámides.

Otros de los objetos que usaron como base para elaborar los dioramas son una copa medieval, un hacha del pueblo Sioux, una cota de malla, un yelmo, un brazalete nórdico, un escudo, un casco y arma vikingos, un cuchillo Inuit, un colmillo de morsa, una lámpara de aceite, un busto de Alejandro Magno, la reproducción de la página 69 del Códice Mendoza, un brasero trípode, entre otras piezas. 

El investigador señaló que los asistentes también pueden observar pequeñas intervenciones en otras áreas del museo, como por ejemplo, al lado de una armadura de la Sala de Japón se dispuso un guerrero samurái Playmobil, y en el patio se ubica la reproducción de una galera romana gigante —de siete metros de largo por cinco de alto—, prestada por la Compañía Playmobil México. Los dioramas son elaborados con piezas en miniatura, pero también habrá figuras de gran formato (1.60 metros) que se mostrarán a lo largo del MNCM.

La exposición El mundo es un juego. Playmo culturas está complementada con juguetes de diversas partes del mundo, como muñecas karajá del Amazonas, títeres de Checoslovaquia, un carrito tradicional de China y muñecos de madera de Alemania, Checoslovaquia y Austria, que son los antecedentes de los Playmobil, que nacieron en 1973 y de los que se hará un repaso sobre su evolución.

El antropólogo mencionó que el diseño de estos juguetes se hizo a partir de la observación de los dibujos infantiles en los que se aprecian muñecos de enormes cabezas, sonrisa y ojos grandes; una figura humana muy simple con un tamaño de apenas 7.5 centímetros. Estos muñecos imitaban el mundo de los adultos de forma más compleja, ya que se podían mover, pero sobre todo cargar cosas, como alguien que trabaja en la construcción.

Los primeros Playmobil que se crearon eran obreros, caballeros medievales e indios, que buscaban representar tres aspectos de la cultura vigente: el mundo contemporáneo, el histórico y las culturas foráneas.

La exposición El mundo es un juego. Playmo culturas se exhibirá hasta el 26 de agosto en la Sala del Pacífico del Museo Nacional de las Culturas del Mundo (Moneda 13, Centro Histórico de la Ciudad de México); abierto de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas. La entrada es gratuita.

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